Me encanta que vuelvas.
Porque te echo de menos más de lo que quisiera reconocer. Me gusta que construyamos una "charla de coche" en la que la nos inventamos una historia de diez minutos. Que seas el mejor cómplice hipotético en caso de asesinato, ya sea accidental o no. Me haces sonreír cuando pronuncias arból, o sófa, o cuando te inventas palabras que traduces directamente del francés. Me admira que hayas ido desde Francia a Inglaterra en bici para probar tus ideas, me fascina que quieras ponerte a prueba a tí mismo día a día.
Sabes que quiero lo mejor para tí, pero no por eso voy a pedirte que te vayas. Puedes presentir que éste es un abyecto chantaje emocional para que te quedes, pero no importa, porque sabes que te quiero y también, que mi mundo no está completo si no estás tú.
Sabes que quiero lo mejor para tí, pero no por eso voy a pedirte que te vayas. Puedes presentir que éste es un abyecto chantaje emocional para que te quedes, pero no importa, porque sabes que te quiero y también, que mi mundo no está completo si no estás tú.
3 comentarios:
¡Ay, el amor!
Un besete,
bueno... maticemos; en este caso concreto, más bien la amistad que el amor...
La amistad es una forma de amor
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