El lunes fui invitada a un concierto que celebraba ayer sábado el coro de cámara Vox Nova en el monasterio de San Julián y San Antonio, en La Cabrera. Vox Nova es un coro polifónico que interpreta usualmente piezas de música sacra y profana que van desde la época medieval (Cantigas de Alfonso X el Sabio) hasta el s. XVIII (Johann Sebastian Bach). Ayer, con una tarde primaveral que invitaba a salir, optamos por acercarnos a La Cabrera.
Apenas sí visitamos el pueblo, fuimos derechos hacia el monasterio; un edificio del siglo XI, enclavado en lo alto de la sierra con la formidable vista que ello implica. La pena es que no nos llevamos la cámara de fotos, pero por supuesto, en internet hay recursos y he encontrado fotos que han hecho otras personas que visitaron el lugar. Las más reseñables están en la página web de El rómanico zamorano, en una entrada que dedica al estilo románico construido en Madrid. Aquí os dejo unas muestras para que os hagáis una idea del enclave:
Fotos de El Románico Zamorano
y de la página web de La Cabrera
El interior de la iglesia es sencillo; arcos de medio punto, paredes revocadas, alguna talla, pero sin ostentaciones. Quizá esa falta de suntuosidad hizo que me resultara tan agradable.
Es difícil describir la sensación que produce escuchar piezas medievo/renacentistas en una iglesia tan recogida. El director, Angel Antonio Chirinos, definitivamente se emociona con la música y transmite entusiasmo. No siempre es bien recibido; yo tenía una señora enfrente que se estaba quedando dormida, y se despertaba sólo durante los aplausos. Personalmente, estar allí ha sido una experiencia irrepetible; el marco era el ideal para escuchar canciones como Jesu, meine Freude (un compañero de trabajo que tampoco se quiso perder el concierto, lo tradujo por algo así como Jesús, el Fraude ;D )
Es como acceder a una máquina del tiempo; un hormigueo sube por el espinazo mientras las voces se mezclan al cantar; me gustaron especialmente la selección de las Cantigas, con las que se cerró el concierto. (Cántigas: 90. Sola fuste senlleira y 424- Pois que dos Reys nostro Sennor).
No he encontrado ninguna de estas dos, pero sí una parecida, que os dejo aquí, Como poden per sas culpas, también de las Cántigas de Alfonso X el Sabio.
Después de la actuación había un pequeño ágape, pero al no estar seguros de si estábamos también invitados, o si beneficiarnos del mismo hubiera sido autoincluirnos sin educación alguna, optamos por volver a Madrid. Acabamos en Pozuelo de Alarcón, dando una vuelta tremenda por la M 40, pero al final conseguimos cenar en uno de los restaurantes donde ya nos conocen tan bien que no nos ofrecen la carta de postres; nos preguntan directamente si queremos compartir un determinado dulce. Por cierto, que ayer se demostró que el valor del fútbol sigue estando a la alza, gracias al partido Madrid - Barça no había apenas tráfico y los restaurantes estaban tranquilos, sin la cola que se suele crear otros sábados por la noche a la misma hora.
En definitiva, si podéis pasaros por La Cabrera algún día, no lo dudéis, es un pueblecito en la sierra precioso y además, nos dieron fe que se come fenomenal (en concreto, nos mencionaron el Bar Cristo, donde se pusieron las botas en un almuerzo que desafortunadamente, nos perdimos...).
3 comentarios:
Algún día, si tu quieres, compartiremos un postre.
Si no hubiera habido religiones ¿Habría habido románico y cantigas?
Yo creo que sí. Habría habido guerras por otros motivos, pero también habría habido, por otros motivos, arte.
Vaya con la señora!! Y si tenia "propension" a las cabezaditas, para que va alli a hacer el ridi? Hay cosas que no entiendo, la verdad...
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