Con la excusa de la fecha de estreno de Ágora, señalada para el próximo 9 de octubre, parece obligatoria una entrada dedicada a Hipatia, joven investigadora, filósofa y matemática que murió anticipadamente de modo cruel - esto es, fue asesinada.
Como en toda película con presupuesto y campaña publicitaria contratada, ya hay página web para causar expectación sobre la película. Para los que estén interesados en la última obra de Amenábar, os dejo el enlace:
¿Quién fue Hipatia? Como bien dicen en el avance del film, era una mujer adelantada a su época. Llegó a ser directora de la Escuela neoplatónica de Alejandría por méritos propios, algo que no siempre fue bien recibido en el mundo machista en el que le tocó vivir. Había viajado a Roma y Atenas, donde estudió filosofía, astronomía, matemáticas, física y lógica con los mejores maestros del momento. De vuelta a Alejandría, contribuyó a la invención de aparatos como el astrolabio y el aerómetro. Defendió el heliocentrismo que ya había postulado Aristarco de Samos, y realizó estudios sobre el peso específico de los líquidos y sobre la geometría euclidiana.
En la primavera del año 415, una muchedumbre de monjes integristas, seguidores de Cirilo, se echaron contra ella. Le arrancaron los ojos, y la lengua, la despedazaron y luego la quemaron. Esta ojeriza se debía a que, posiblemente, ella sabía más que todos esos monjes juntos. Una mujer, investigadora científica, y por si fuera poco, pagana. Hipatia poseía un dominio absoluto sobre astronomía y matemáticas de su tiempo, y ponía en duda los dogmas cristianos al emplear el uso de la razón. La Iglesia, aplicando sus métodos habituales, arrojó sus escritos y todas sus obras a las llamas. A Hipatia se la borró del mapa e intentaron que su nombre desapareciera de la historia para siempre. En cambio, a Cirilo le hicieron santo.
Se la asocia con la destrucción de la biblioteca de Alejandría, pero la Gran Biblioteca desapareció en el siglo III, como mucho inicios del IV, y la biblioteca hija fue expoliada en 391, para desaparecer con un golpe final en el año 646, pues el fanático califa Omar I, príncipe de la fe, decidió que "Si los libros contienen la misma doctrina que el Corán, no sirven para nada porque se repiten; si los libros no están de acuerdo con la doctrina del Corán, no tiene caso conservarlos".
Así, con la consigna "No hacen falta otros libros que no sean El Libro", la biblioteca de Alejandría fue incendiada y totalmente destruida. Hasta los cimientos. Parece que la intransigencia cultural y el fanatismo religioso eran el destino terminante de la biblioteca que fue la más grande del mundo una vez.
Fuente: Secretos Medievales, de Jesús Callejo Cabo
Ediciones Temas de Hoy, 2006
Ediciones Temas de Hoy, 2006
5 comentarios:
Si en ocasiones la religión, cualquier religión, es el opio del pueblo, más a menudo es su cocaína.
Umberto Eco.
Hay muchas como Hipatía, más de lo que se piensa. A ésta al menos se la reconoce. De otras, quizás se conoce tan sólo un pseudónimo.
Saludos.
Siempre me ha gustado Amenábar. Veremos qué tal se le da con la historia de Hipatia.
Un beso vecina!
tengo un premio,de verdad de la buena,para ti
No tenia ni idea de la historia en profundidad. Pero estoy deseando ver la peli...
Seguramente ella no fue la primera ni será la última porque todavía se sigue discriminando a la mujer en todo el mundo.
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