Valientes y valiosos

11.7.08

Las cintas cassette, por Luis Piedrahita

Todos esos recuerdos en soporte magnético se perderán como lágrimas en la lluvia.

Otros pequeños seres que tienden a la extinción; las cintas cassette.
Ya casi no hay. Son como reliquias. Solamente se pueden encontrar en gasolineras. Las tienen como si fueran obras de arte, dentro de unos barrotes de metal y con un candado y unas cadenas. En una gasolinera, si quieres robar combustible, sólo tienes que repostar y escapar con el coche, pero si quieres robar una cinta cassette tienes que usar una cizalla.
Las cintas están allí de exposición. ¿Quién compra una cassette en una gasolinera? Hay que estar muy desesperado para ir conduciendo y decir: "¡Necesito oir a Maria Jesús y su acordeón, necesito oír a Maria Jesús y su acordeón!... En la próxima gasolinera me paro, sin falta, y me compro una cassette de Maria Jesús y su acordeón. "
Una característica de las cassettes de gasolinera es que en la carátula siempre sale una foto del artista con el instrumento que toca: " Francisco", y se ve a un señor con una guitarra en la mano.
"Obdulio" lo ves con una gaita y dices: "Vale, este toca la gaita". "Feliciano", la flauta.
Viéndolas sabes qué instrumento toca cada uno, hasta que de repente hay una cinta que pone Fiesta Caribe, y se ve un culo. Ahí te rompe. ¿El culo qué es? ¿Instrumento de viento o de percusión?
¿Por qué se extinguen las cintas? Porque llegó el CD, sonando mejor y con un cuadernillo de letras de las canciones. Las cassettes lo intentaron también, pero sin ningún éxito. En un último esfuerzo, como de escena final de Zorba, el griego, las cassettes trataron de venir con las letras de las canciones. Traían una especie de desplegable, y una vez lo desplegabas, aquello ya no había quien lo volviera a plegar jamás. Por eso se están extinguiendo las cintas y por eso se extinguirá el mundo, porque llega otro mejor.
Había también cassettes vírgenes, que eran mucho más recatadas. Tenían algo muy intrigante, un papelito satinado con unas pegatinas que guardábamos como si en un futuro las pudiéramos vender en el mercado negro. Jamás quedaban bien en la cinta porque uno ponía la pegatina primero y luego escribía. ¿Por qué?, porque las ansias de pegar son muy superiores a las de escribir. Por eso se están extinguiendo las cintas y por eso se extinguirá el mundo. Porque la gente prefiere pegar a escribir.

Había dos tipos de pegatinas, las útiles y necesarias, aquella franja blanca donde ponías lo que había grabado en la cassette; y luego unos números, unas letras, una nota musical y una guitarra. ¿Eso para qué era? Yo creo que era para llenar el espacio, porque si no, por el otro lado de las pegatinas, no les cabían las instrucciones de la cassette. Por otra parte, eran instrucciones muy evidentes; NO tire la cassette al fuego, NO la pise, NO le eche rayos con un imán.
Sin embargo, las cosas que te interesaría saber no te las explicaban. ¿Qué hacer cuando de repente la cinta se desmelena y le sale todo lo de adentro? Que se queda como una cinta con una melena sintética de rizos como la de Valerio Lazarov. Deberían explicarte lo del boli, o lo del lápiz modelo Abeja Maya amarillo y negro. Todos hemos tenido que rebobinar una cinta así. Te pones a darle vueltas y es como magia, la melena se mete otra vez en la cinta. Por eso hay quien dice que si a Valerio Lazarov le metes un boli en la oreja y das vueltas se le alisa el pelo.

La cinta virgen también intentó modernizarse, pero sólo se le ocurrió una cosa; hacerse transparente, lo cual está más viejo que las medusas, pero bueno... Todos estábamos flipados cuando aparecieron: "Esto sí que es el futuro, cintas transparentes". Era un engañabobos. Si la transparencia significaba futuro, la mayoría de los objetos que nos rodean aún podían evolucionar. Imaginaos la tostadora transparente, la hormigonera y los váteres... Estaba claro que las cintas no tenían futuro.

¿Donde guardábamos esas cassettes? En un casetero. En toda la Historia de los Caseteros jamás se ha fabricado uno digno. Esos materiales... Una especie de polipiel negra con almohadillado debajo y unas letras doradas que ponían: "Cassette"... Ese material no se ha vuelto a usar jamás. Se usó para los caseteros, los álbumes de fotos y algunas fundas de bonometro o cartillas de la seguridad social, pero ya se han retirado del mercado.

Hoy en día las cassettes están muertas. De hecho sólo las usan los forenses, que cogen una grabadora de cassette y se ponene a dar vueltas alrededor de un señor que está abierto como un yogur. Y lo van mirando y relatando: "Mordisco leve en el hígado, arañazos en las axilas, ombligo y codos..." Ya hay que tener mala memoria para que se te olvide eso.
Alguien debería dar vueltas alrededor de una desmelenada cinta de cassette tendida en el suelo y decir: "Año de la defunción: 1999".

Luis Piedrahita
Dios hizo el mundo en 7 días... y se nota

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que tema tan complejo de analizar. Las cintas de cassette fueron el primer soporte que yo viví cuando empecé a grabar audio; todo lo que palpaba en música venía en aquel soporte. La tecnología evoluciona, aunque nosotros involucionemos muchas veces, y en ese avance como cáscara de cebolla inútil se pierden cosas tales como las cintas en cuestión.
No es malo el avance pero el pasado debe revivirse con orgullo y evocación, al menos así lo siento yo. En casa de mis padres aún están mis primeros cassettes de música. El otro día mi sobrino los sacó para jugar y casi me dió un ataque porque los atesoro... son tesoros.

Lindo post.

Besos Pitufina.