Una toalla es el objeto de mayor utilidad que pueda poseer un autoestopista interestelar. En parte, tiene un gran valor práctico; uno puede envolverse en ella para calentarse mientras viaja por las lunas frías de Jaglan Beta; se puede tumbar uno en ella en las refulgentes playas de arena marmórea de Santraginus V mientras aspira los vapores del mar embriagador; se puede uno tapar con ella mientras duerme bajo las estrellas que arrojan un brillo tan purpúreo sobre el desierto de Kakrafun; se puede usar como vela en una balsa diminuta para navegar por el profundo y lento río Moth; mojada, se puede emplear en la lucha cuerpo a cuerpo; envuelta alrededor de la cabeza, sirve para protegerse de las emanaciones nocivas o para evitar la mirada de la Voraz Bestia Bugblatter de Traal, (animal sorprendentemente estúpido, supone que si uno no puede verlo, él tampoco lo ve a uno; es tonto como un cepillo pero voraz, muy voraz); se puede agitar la toalla en situaciones de peligro como señal de emergencia y por supuesto, se puede secar uno con ella si es que aún está lo suficientemente limpia.
Y lo que es más importante; la toalla tiene un enorme valor psicológico. Por alguna razón, si un estraj (no autoestopista) descubre que un autoestopista lleva consigo su toalla, automáticamente supondrá que también está en posesión de cepillo de dientes, toallita para lavarse la cara, jabón, lata de galletas, frasca, brujula, mapa, rollo de cordel, rociador contra los mosquitos, ropa de lluvia, traje espacial, etc. Además, el estraj prestará con mucho gusto al autoestopista cualquiera de dichos artículos o una docena más que el autoestopista haya perdido por accidente. Lo que el estraj pensará es que cualquier hombre que haga autoestop a todo lo largo y ancho de la Galaxia pasando calamidades, divirtiéndose en los barrios bajos, luchando contra adversidades tremendas, saliendo sano y salvo de todo ello y sabiendo todavía dónde está su toalla, es sin duda un hombre a tener en cuenta.
Y lo que es más importante; la toalla tiene un enorme valor psicológico. Por alguna razón, si un estraj (no autoestopista) descubre que un autoestopista lleva consigo su toalla, automáticamente supondrá que también está en posesión de cepillo de dientes, toallita para lavarse la cara, jabón, lata de galletas, frasca, brujula, mapa, rollo de cordel, rociador contra los mosquitos, ropa de lluvia, traje espacial, etc. Además, el estraj prestará con mucho gusto al autoestopista cualquiera de dichos artículos o una docena más que el autoestopista haya perdido por accidente. Lo que el estraj pensará es que cualquier hombre que haga autoestop a todo lo largo y ancho de la Galaxia pasando calamidades, divirtiéndose en los barrios bajos, luchando contra adversidades tremendas, saliendo sano y salvo de todo ello y sabiendo todavía dónde está su toalla, es sin duda un hombre a tener en cuenta.
Guía del Autoestopista Galáctico
Douglas Adams
Douglas Adams
No hay comentarios:
Publicar un comentario