Gente alborotada en el trabajo, gritando y ganando pasillo para ver la repetición de una jugada, taconazos y pisotones, carreras apresuradas, y una televisión (que se guarda para las ocasiones especiales, como aquellos a los que les ha tocado alguna vez tomar las uvas) venerada.
No hay llamadas solicitando asistencia. Ni una.
Pitidos y bocinas de coches y trompetas que asaltan la noche, atacando los oidos y la paz.
Metro ligero Virgen del Cortijo - Pinar de Chamartín. Una horda de adolescentes sale desbocada gritando Oe Oe oeeee. Entramos en el vagón para descubrir que en su frenesí patrio, han desprendido un panel desde el techo, que ha caído - ignoro si ha lastimado a alguien. El conductor de metro ligero va tocando la bocina, pero nos deja con una sonrisa en Fuente de la Mora para continuar viaje de vacío, porque se ha dañado un vagón.
Decido llegar andando a Pinar de Chamartín.
Chicos y hombres de cierta edad sin camiseta subidos a una fuente pública, botando a la consigna de Es alemán - el que no bote.
Metro Pinar de Chamartín - Más gente gritando, vistiendo la bandera a modo de capa de supermán, las caras rojo y gualda, o igual dá, porque con los besos emocionados y el calor sólo hay resquicios de churretes naranja. Beben minis de calimocho, se tiran hielo entre ellos (y algún hielo despistado se resbala y da a algún otro usuario que mira de reojo con cara de pocos amigos pero no dice nada) y botan, el vagón se balancea, corean España entera se va de borrachera, Yo soy español (con tonillo de folklore ruso, sin embargo), Campeones y lindezas parecidas. Sólo veo ojos extraviados en el entusiasmo de que un equipo de fútbol haya logrado la victoria en un deporte destinado al ocio.
En la calle de nuevo, bocinazos de nuevo, unos jovenzuelos de botellón juegan a ficcionfútbol con una botella de dos litros, antaño de cocacola, actualmente llena de agua con hielo. El que emula a Iker Casillas no es igual de bueno, no obstante, y la botella va a parar a la mitad de la calle, donde los coches deberán sortear el nuevo obstáculo. Es difícil que lo vean, porque no respetan los semáforos y van a toda velocidad destino Cibeles o Colón (supongo).
Un hombre de unos cuarenta años conduce con una sola mano a buena velocidad, ataviado con la bandera de España atada a modo de capa, sin camiseta debajo (hace calor) y proclamando orgullo español con un megáfono en la mano libre.
Subo a mi casa, se siguen oyendo los pitidos y bocinas.
Son las dos menos cuarto de la mañana y no existe el silencio; todo es alborozo.
Entendería ( y compartiría ) esta alegría si se acabara de anunciar la cura definitiva para el cáncer, el fin de la crisis económica, el desarme mundial, la donación del 10% del PIB de los países más favorecidos a los explotados, entendería si esta alegría fuera por algo real que cambiara el mundo, y no algo caduco, desproporcionadamente valorado y baldío.
Si las personas que me rodeaban hoy destinaran un cuarto de estas energías a la política, la situación del país sí que podría enorgullecernos.
Confirmado empíricamente:
Soy un bicho raro.
No hay llamadas solicitando asistencia. Ni una.
Pitidos y bocinas de coches y trompetas que asaltan la noche, atacando los oidos y la paz.
Metro ligero Virgen del Cortijo - Pinar de Chamartín. Una horda de adolescentes sale desbocada gritando Oe Oe oeeee. Entramos en el vagón para descubrir que en su frenesí patrio, han desprendido un panel desde el techo, que ha caído - ignoro si ha lastimado a alguien. El conductor de metro ligero va tocando la bocina, pero nos deja con una sonrisa en Fuente de la Mora para continuar viaje de vacío, porque se ha dañado un vagón.
Decido llegar andando a Pinar de Chamartín.
Chicos y hombres de cierta edad sin camiseta subidos a una fuente pública, botando a la consigna de Es alemán - el que no bote.
Metro Pinar de Chamartín - Más gente gritando, vistiendo la bandera a modo de capa de supermán, las caras rojo y gualda, o igual dá, porque con los besos emocionados y el calor sólo hay resquicios de churretes naranja. Beben minis de calimocho, se tiran hielo entre ellos (y algún hielo despistado se resbala y da a algún otro usuario que mira de reojo con cara de pocos amigos pero no dice nada) y botan, el vagón se balancea, corean España entera se va de borrachera, Yo soy español (con tonillo de folklore ruso, sin embargo), Campeones y lindezas parecidas. Sólo veo ojos extraviados en el entusiasmo de que un equipo de fútbol haya logrado la victoria en un deporte destinado al ocio.
En la calle de nuevo, bocinazos de nuevo, unos jovenzuelos de botellón juegan a ficcionfútbol con una botella de dos litros, antaño de cocacola, actualmente llena de agua con hielo. El que emula a Iker Casillas no es igual de bueno, no obstante, y la botella va a parar a la mitad de la calle, donde los coches deberán sortear el nuevo obstáculo. Es difícil que lo vean, porque no respetan los semáforos y van a toda velocidad destino Cibeles o Colón (supongo).
Un hombre de unos cuarenta años conduce con una sola mano a buena velocidad, ataviado con la bandera de España atada a modo de capa, sin camiseta debajo (hace calor) y proclamando orgullo español con un megáfono en la mano libre.
Subo a mi casa, se siguen oyendo los pitidos y bocinas.
Son las dos menos cuarto de la mañana y no existe el silencio; todo es alborozo.
Entendería ( y compartiría ) esta alegría si se acabara de anunciar la cura definitiva para el cáncer, el fin de la crisis económica, el desarme mundial, la donación del 10% del PIB de los países más favorecidos a los explotados, entendería si esta alegría fuera por algo real que cambiara el mundo, y no algo caduco, desproporcionadamente valorado y baldío.
Si las personas que me rodeaban hoy destinaran un cuarto de estas energías a la política, la situación del país sí que podría enorgullecernos.
Confirmado empíricamente:
Soy un bicho raro.
1 comentario:
Hola Darth! Esta es una de las grandezas de la especie humana. momentos como el vivido (el triunfo deportivo y la machacona e insistente celebración como algo motivo de orgullo, satisfacción y afirmación como colectivo específico dentro del humano y más concretamente europeo)es irritante pero fascinante a un tiempo.
Yo que he podido exilarme durante estos días, me he hecho otras preguntas: ¿Cómo, suponiendo que los futbolistas españoles están entre los mejor pagados; como jugando muchos de ellos en la "Ligas de las Estrellas", como pueden entonces celebrar como un triunfo apoteósico la conquista de un trofeo donde según lo anterior les sería "a priori" ganar algo sin "penurias"?.
Qué van a hacer esos 23 0 24 patriotas con la módica cantidad mayor de 200.000 euros, que recibirán por tal triunfo?
Merece la pena mirara a los ojos a personas que conozco que siempre se quejan de lo mal que está la vida, pero que incluso se han comprado (licenciadas, nada de chino)bufandas, camisetas, chandal, etec.?
Un besote (más dejao más solo en el Netlog)
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