Tus pensamientos modifican tu entorno.
Impactan en el mundo que te rodea y lo transforman.
Lo ha demostrado Masaru Emoto, un japonés que se tomó la molestia de experimentar con el efecto de las ideas, las palabras y la música sobre las moléculas de agua.
Impactan en el mundo que te rodea y lo transforman.
Lo ha demostrado Masaru Emoto, un japonés que se tomó la molestia de experimentar con el efecto de las ideas, las palabras y la música sobre las moléculas de agua.
Masaru Emoto nació en Yokohama (Japón) y aunque en principio estudió Arte y Comunicación Internacional se interesó pronto por el estudio del agua. Hoy tiene 60 años, edita sus propias páginas informativas sobre el agua y es un experto mundialmente reconocido en el campo de la investigación sobre ella. En Japón ya ha editado 12 libros sobre el tema, el último de los cuales lleva por título Mensajes del agua e incluye cientos de fotografías de moléculas de agua congelada.
Masaru Emoto cuenta en su fascinante libro cómo comenzó a realizar los estudios sobre el agua. Se preguntaba si habría algún aparato con el cual se podría medir la calidad del agua. Todo empezó gracias al llamado analizador magnético de resonancia (MRA), utilizado en EEUU para la homeopatía, que le permitió además investigar las frecuencias del agua. Descubrió cosas sorprendentes y decidió que quería tomar fotos de cristales de agua congelados. Los cristales con sustancias sólidas con átomos y moléculas regularmente ordenados. En general, dos cristales de nieve casi nunca tienen el mismo aspecto -por la diferencia de condiciones por los cuales se crean-. Para obtener la misma estructura de cristal, los diferentes tipos de agua del mundo deberían tener la misma estructura cristalina. Masaru entonces tenía una teoría: cuando la molécula de agua se cristaliza, el agua pura se convierte en un cristal puro, sin embargo se imaginaba que el agua contaminada no se cristalizaría tan bellamente.
En 1994 empezó a investigar sobre ello. Tenía que congelar todas las muestras de agua que caían en sus manos. Solamente era posible fotografiar los cristales si varios requerimientos eran cumplidos: exacta temperatura de refrigeración -entre -5 y 0 grados-, la ampliación del microscopio, el diafragma y la iluminación sobre el objeto. Tuvo que sofisticar cada vez más su equipo: pusieron las muestras de agua por gotas sobre cientos de cápsulas de petri y las dejaron durante dos horas en el congelador. Sacaron los cristales poniéndolos bajo el microscopio aumentado 200-500 veces. Como el agua no es estable, a menudo tuvieron que fotografiar cientos de muestras de un mismo tipo de agua para comprobar su estructura.
En 1994 empezó a investigar sobre ello. Tenía que congelar todas las muestras de agua que caían en sus manos. Solamente era posible fotografiar los cristales si varios requerimientos eran cumplidos: exacta temperatura de refrigeración -entre -5 y 0 grados-, la ampliación del microscopio, el diafragma y la iluminación sobre el objeto. Tuvo que sofisticar cada vez más su equipo: pusieron las muestras de agua por gotas sobre cientos de cápsulas de petri y las dejaron durante dos horas en el congelador. Sacaron los cristales poniéndolos bajo el microscopio aumentado 200-500 veces. Como el agua no es estable, a menudo tuvieron que fotografiar cientos de muestras de un mismo tipo de agua para comprobar su estructura.
He aquí un fragmento demostrativo de su obra.
El agua destilada expuesta a música clásica tomó formas delicadas y simétricas, al igual que la música relajante. A la izquierda vemos los cristales que se formaron en el agua expuesta a la música de Enya. Cuando se puso la canción de Elvis Presley "El Hotel de la Tristeza", el resultado fue que los cristales helados se partieron en dos.· Cuando el agua fue tratada con aceites florales aromáticos, los cristales tendieron a imitar la forma de la flor original. De gran interés para la curación y para el bienestar diario son los efectos extremos que sobre los cristales de agua tienen las palabras e ideas negativas.
Cuando las muestras de agua fueron expuestas a música heavy metal, o a palabras negativas del tipo "Me das asco", o cuando se enfocaron sobre ellas intencionadamente pensamientos o emociones de índole negativa, el agua no formó cristales y en su lugar se crearon estructuras caóticas y fragmentadas.
Tal como podemos aprender de las asombrosas fotografías de Masaru Emoto, incluso cuando los resultados inmediatos no son visibles a los ojos humanos, están ahí. Cuando amamos nuestros propios cuerpos, ellos responden. Cuando enviamos nuestro amor las moléculas responden; cuando tenemos pensamientos de fracaso, en las moléculas no se forman cristales y adoptan una forma negativa.Nuestro propio cuerpo está compuesto en un 70 por ciento de agua. A la vista de este trabajo, vemos que el agua, lejos de estar inanimada, está realmente viva y responde a nuestros pensamientos y emociones. Quizá, habiendo visto esto, podamos comenzar a entender realmente el imponente poder que poseemos al elegir nuestros pensamientos e intenciones, para sanarnos a nosotros mismos, así como a nuestro medio ambiente.
4 comentarios:
Hola Darth. Acabo de ller tu entrada y la e he encontrado realmente interesante. Desconocía totalmente el autor y la obra, pero con anterioridad había leído alguna cosa suelta aquí y allá sobre este tema. Tomo nota y veré si puedo conseguir el libro. Un abrazo. No curres muxo.
:O Asombro y sorpresa. De pedrusco me ha dejado.
Has encendido bombilla en mente apagada.
La mejor medicina para uno mismo, es.. uno mismo :S
¿pero q pasa cuando eres un pesimista y escuchas heavy metal? XD
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