Valientes y valiosos

24.3.08

XX / XY

LOS HOMBRES NO SON ESTO:

Vamos a ver. Aún hoy, hay gente que considera que el feminismo tiene la misma connotación de machismo, es decir; que las mujeres somos superiores a los hombres, igual que el machismo viene a proclamar que las féminas sin los hombres estaríamos perdidas.

Quisiera hacer notar que desde los años 60, el feminismo pide la igualdad entre hombres y mujeres - y fue, ciertamente, algo subversivo y provocador en este país desde el que escribo, donde una mujer en esa época no podía disponer de una cuenta bancaria sin que un hombre cabal la autorizara a administrar su economía.

Una vez definido que ser feminista resulta de la opinión de que el potencial de las mujeres es equivalente al de los hombres, que un médico puede tener la misma calidad profesional siendo hombre que mujer, y una vez aclarado que yo soy feminista, les invito a leer mis disgresiones sobre el tema.

Hay especímenes que se declaran feministas, y no lo son; son mujeres con ideas radicales, competitivas en exceso y yo diría incluso que con cierto complejo de inferioridad, que no paran de repetir que las mujeres son mucho mejores que el hombre. No; disiento, no creo en los niveles de excelencia entre seres humanos; es más, opino que hombres y mujeres deben tener los mismos derechos y oportunidades. Habrá de todo, mejor y peor, en los dos sexos. Estas generalistas bocazas sólo nos perjudican al conjunto, porque su márketing agresivo termina siendo contraproducente. Y por eso, muchas chicas dicen aquello de "Yo no soy feminista", relacionando el feminismo con esta raza de extremistas que en cuanto ven un hombre les falta tiempo para arrearle verbalmente una demostración de por qué ellos deberían estar extintos.



Tratar de normalizar la idea de chica competitiva que todo lo puede sólo consigue que muchas de nosotras nos sintamos frustradas, porque es imposible conciliar todos los ámbitos de la vida; es difícil ser una estudiante sobresaliente, hija intachable, una eficiente trabajadora, estupenda ama de casa, amante espléndida, una madre que eduque a sus hijos impecablemente, y que además haga todo esto sin despeinarse y sin ganar, ni perder, un sólo gramo de su espectacular cuerpo de top model.

No hay que confundir valores; podemos ser iguales a los hombres, pero no podemos desempeñar varios roles a la vez sin que eso genere desórdenes y consecuencias negativas a largo plazo; existen limitaciones, y debemos ser conscientes de éstas - aunque sólo sea para evitarnos cierto bochorno. Incluyendo puestos de trabajo.

Las cuotas siempre me parecieron absurdas, siempre he apostado por la valía del individuo, independientemente de lo que la biología le donó, y juzgo mucho más acertado contratar a una persona especializada en sus funciones (sea hombre o mujer) que a una analfabeta funcional o una tipa directamente garrula, cuya única virtud consiste en haber nacido con los genes que cubren una cuota políticamente correcta.

Hace tiempo, Arturo Pérez-Reverte criticaba que por esta norma social feminista se habían modificado los baremos para las oposiciones a bombero en cierta comunidad autónoma, a fin de que las mujeres pudieran acceder a esas plazas. Y reprochaba, y yo le doy la razón, que hubieran bajado los criterios de resistencia física, porque cuando un edificio esté en llamas y a tí, por desgracia, te haya sorprendido dentro, no vas a solicitar que te salve una persona en función a su género, sino que esperas que quien te asista sea alguien capaz de rescatarte. Y si una persona no posee la resistencia física suficiente para recogerte, esquivar los escombros y dejarte a salvo, mejor olvidemos el tema. Si bajan los baremos para las chicas, un chico con una nota inferior a la requerida en sus oposiciones debería de ser admitido, si obtuvo la misma nota que una chica aprobada. Necesitamos personas competentes, y punto.

Hay individuos que se han apuntado a declararse ginócratas, es decir, que creen en la felicidad de un mundo gobernado por mujeres. Me entusiasma esa fe en nosotras, pero no la comparto. Al margen de que el término lo ha inventado un escritor (Martin Amis) que está en plena promoción de sus libros protagonizados por mujeres, o del cliché que señala que entre nosotras nos despellejaríamos, sin dejar de obsequiarnos una sonrisa hipócrita, la idea de un planeta gobernado en exclusiva por hembras me resulta repelente; es generalista, clasicista. Me resulta inconcebible que en todo el largo y ancho mundo no haya un hombre con criterio, capacitado para gobernar. (Harina de otro costal es que la persona adecuada llegue al poder... )

Puede ser que se me acuse de tirar piedras contra mi propio tejado, sin embargo mi pensamiento aquí es inamovible; me chirría, de forma bastante desagradable, esa conclusión (precipitada) de que nosotras gestionaríamos mucho mejor en política, como si sólo nosotras estuviéramos en posesión del sentido común y la infabilidad.

Me quedo con las palabras de la señorita Mc Kee, directora de ventas (y única mujer en el comité ejecutivo) de Harrods: "A pesar de mis diez centímetros de tacón, soy una mujer real. Mi trabajo es la realidad. Hay que saber levantarse despué de una caída, y saber que el éxito, créame, es sólo un instante."

Ahora habrá seres que critiquen mi posición, consideren que no soy feminista, me dirán que las mujeres seguimos siendo discriminadas, que existe el techo de cristal, y que los hombres no nos llegan a la tapa del tacón. A los seres que creen que podemos permitirnos ir por la vida de divas, decirles que queda mucho camino por delante. A los que van de victimistas, decirles que ya recorrimos la peor parte. Y a las que siguen pensando que las mujeres son superiores a los hombres, remitirles a Sonia Monroy (por ejemplo).

2 comentarios:

Davivi dijo...

Aunque ya me habías contado someramente de qué trataba tu artículo, he disfrutado mucho leyéndolo. Y lo he hecho porque estoy totalmente de acuerdo contigo. Da igual que seamos XX o XY, lo importante son las capacidades de cada uno como individuo. La cuota es una tontería inventada por algún gobierno con fines partidistas. Lo que realmente debería ocurrir es que se eligiera siempre a los más capacitados, sean todos hombre o todos mujeres. Y por último, decirte que me he reído mucho con lo de Sonia Monroy, aunque debo admitir que entre los hombres también tenemos especímenes curiosos (remitirse a los garrulillos ultras que se pueden ver, por ejemplo, en los campos de futbol).

Muakis. TQ.

Zimadoze01 dijo...

Estoy de acuerdo contigo, pero como miembro del partido de la Sospecha creo que, un buen enemigo de las mujeres es un sector, bastante importante, de las propias mujeres que hacen un poco de Quinta Columna. también es triste que buena parte de los avances que han conseguido las mujeres coincide con el momento en el que se convirtieron en un input económico. En mi opinión, que es muy subjetiva, la mejor arma que poseen o poseeis es precisamente hacer valer vuestro "valor" económico, ya que por desgracía el mundo se mueve por el sonido de las monedas. Por cierto, tías como la Monroy hacen que me sienta, como hombre y parte de ese colectivo, un poco peor. Un besote. Me darás un sugus?