Valientes y valiosos

24.8.07

No me gustan las despedidas

No me interpretéis mal. Me fascina el otoño, con su aire decadente y agradable, su fragancia a tierra mojada que divulga por cada recodo que visita, su luz dorada que termina por teñir de caoba las hojas de los árboles.

No obstante, el verano es una de mis estaciones favoritas. Porque ya en febrero sonrío cuando creo ver que la luz de la tarde se queda un ratito más, porque en julio me encanta descubrir una línea rosada en el horizonte a las once de la noche que demuestra que la estrella de la mañana llega tarde y ha dado positivo en su día de juerga, porque no hay nada como estar con la piel entibiándose al sol tras un baño de agua fría, ya sea clorada o salada, en una mañana especialmente calurosa...

Y ahora, con este clima de vuelta al cole que ya no puede reprimirse más, el frío de las madrugadas, la luz más perezosa a la hora de saltar al cielo, las tormentas y el viento, la nostalgia me asedia y no quiero; es demasiado pronto para despedirse del sol y del verano, aunque sólo sea hasta el año que viene.
Es muy pronto y yo, como si fuera la luz furtiva de las tardes de febrero, quiero que se quede un poquito más...

1 comentario:

Gloria Álvarez dijo...

No te preocupes, vuelve el calor, aun nos queda un tiempito de sol, aunque se esconda antes.

Besos.
http://unlugarentrelasnubes.blogspot.com/