Valientes y valiosos

2.6.07

Yo estoy con Tinky-Winky

Es de color lila, es un muñeco achuchable andante y además trabaja en un programa infantil. ¿Qué puede tener de malo este adorable teletubbie?

La polémica viene de atrás, cuando en EEUU un grupúsculo de conservadores cristianos acusaron a esta criaturita inocente de ser gay. Jijiji... qué tontería más grande, pensé yo al principio...

... Pues anda que Epi y Blas...

Pero la cosa va en serio. Las autoridades se lo tomaron como un sondeo de opinión trasladable a los rayos catódicos y examinaron la serie, dispuestos a eliminarla en cuanto descubrieran el más impreciso vestigio de una mariquita.

Fue aquí cuando mi asombro se marcó un viaje al infinito y más allá. Vale, van a investigar la sexualidad de un peluche. (¡¡!!)

Igual a los políticos y a las grandes autoridades con tanto viajecillo diplomático, les han extravíado las neuronas, y no se dan cuenta que dentro hay un señor que representa un papel... O tal vez, no han visto jamás la serie e ignoran que no hay escenas de sexo, ni explícitas ni implícitas.

¡¡Que es para niños!!

Pero a todo esto, si es gay, ¿qué?, me pregunto yo. ¿No se supone que los programas infantiles son para que los niños aprendan valores?, ¿Acaso no hay en el mundo real millones de homosexuales?. Ojalá estuvieran igual de bien establecidos. Si Tinky Winky se lleva a las mil maravillas con el resto de sus congéneres y todos se abrazan fuerte sin mirar de reojo, ni desconfianzas...

Actualmente ha vuelto a saltar a la palestra la presunta sexualidad de la mascota televisiva, dado que Ewa Sowinska, la mediadora por los derechos del menor de Polonia, hizo investigar la serie porque podía promover la homosexualidad entre los niños.

Lo primero que le llamó la atención fue que Tinky Winky llevara un bolso rojo, así, como poco conjuntado con el lila. Posiblemente fue Po quien se lo prestó, pero Ewa, tras desechar la idea de que fuera daltónico, decidió denunciarle a la Cámara de la Moda de Milán. En el transcurso del papeleo, se enteró que era un icono gay allá en los USA y el soponcio le provocó una desconexión general en su cerebro.

¡¡Que Dios pille confesados a Chicho Terremoto, el voyeur de bragas, y a Shin Chan, que va enseñando impúdicamente su trompa y el culito, culito!!

Al final el sospechoso Tinky Winky ha sido absuelto ya que un sexólogo "polonés" (que no polaco, porque polaca, en todo caso, será la señorita Sowinska) ha descartado que la serie produzca efectos perjudiciales sobre los niños. Y es que la Ewa estaba dispuesta a "actuar" si se determinaba lo contrario...

Hay que ser estrecha, de miras y de mente. Menos mal que se le han echado encima la Unión Europea, (oiga, esto se piensa pero no se dice en público) , un grupo ultracatólico polonés, y hasta el ministro de cultura Roman Giertych (el mismo que prohíbe la propaganda gay por sus creencias como hombre y no por su religión -sic-), criticándola hasta hacerla recular.

O sea que dejemos que el peluche lila siga dando abrazos fuertes.

Hasta aquí la anécdota, lo gracioso, que un personaje ficticio televisivo sea censurable por presunta homosexualidad. Pero si lo haces extensible al mundo real, igual que los políticastros han hecho, te encuentras con que dentro de toda la Unión Europea, sólo en Bélgica, en Holanda y ahora en España los gays tienen derecho a casarse, que en Polonia les siguen linchando por su opción sexual, y que se les acusa de ser "pederastas asquerosos" (aquí yo les llevaría un diccionario, porque no estoy muy segura de si están realmente bien informados de lo que significa ser gay).

No cruzo el charco a las Américas pues entonces nos encontramos con que en Nicaragua ser homosexual es un delito (literalmente; está penado) , y en muchos estados de los unidos también te regalaban un tour gratis a la cárcel por haber disfrutado de sexo consentido con individuos del mismo género (hasta el 2003). Nada, que los griegos y que los indígenas de la época precolombina, que consideraban a los homosexuales como seres mágicos, dotados de poderes sobrenaturales cuya cercanía era augurio de buena suerte, estaban equivocados. Aunque fueran más civilizados que nosotros.

Yo no soy gay, por mucho que Monsieur Ledy proclame que en mí hay una bollera (y todo porque no me aproveché de él en nuestro viaje a Roma), pero tengo muy claro que una persona no debería ser objeto de violencia, de insulto ni de desprecio porque se enamore de un ser humano de su mismo sexo. Por eso estoy con Tinky Winky, aunque el pobre no folle ni con Nunu, esa aspiradora rara, y por extensión, apoyo a todos los trabajador@s de Mondial... digoooo, a todos los gays del mundo, trabajador@s o no.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Amén.

Antes no me molestaba que a los catalanes nos llamasen polacos, ahora sí.

Besos y abrazos... y sugus.

Anónimo dijo...

pues parece un abrelatas, o un cacharro de esos antipolillas que se cuelgan en las perchas

[pues en realidad es un cumplido que nos llamen polacos... mira de dónde viene la cosa... ]

Saludos =]