Con el tiempo aprendí que la amplitud de la sonrisa
con la que mis padres pedían disculpas a otras personas
por mi comportamiento,
era directamente proporcional
a la dureza del castigo que me inflingirían más tarde.
con la que mis padres pedían disculpas a otras personas
por mi comportamiento,
era directamente proporcional
a la dureza del castigo que me inflingirían más tarde.
7 comentarios:
También sería directamente proporcional a la gravedad del error cometido.
... Jajaja, además de verdad...
¡Uy! eso me suena mucho
Jajajajjajaja a mi me ha caido alguna que otra bronca y algún que otro castigo!jajaja
jajaja! muy bueno, lo peor es que yo soy ahora la que sonríe!
saludos!
Provocar amplias sonrisas proporcionales incluso se veia divertido con el tiempo, aprendí
PD: pugnmop?
pushnpop
dragndrop
roknroll
...
Cierto, cierto. A mayor fechoría, disculpa más educada y lisonjera y castigo más temible.
Tienes un blog bonito y muy entretenido. Por aquí me escondo.
Un saludo.
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