Valientes y valiosos

2.2.12

Cerrando por webs...

Desde que el FBI cerró por sorpresa Megaupload, se han vertido ríos de píxeles en twitter con comentarios del tipo
  • El FBI cierra Megaupload por piratería, pero nadie cierra el vaticano, que esta lleno de pedófilos,
  • Lloremos por los artistas que solo pueden tener una vida de semi-lujo,
  • Te bajaría la Luna pero... el FBI cerró Megaupload.
Yo, que aunque poseo pulgares oponibles no pertenezco a la generación twittera que utiliza ambos para teclear en la blackberry o en el galaxy, me quedo con el artículo que publicaron en El Jueves (versión digital, eso sí).

Kim Schmitz , El Gordo de Megaupload , es malo. El Gordo de Megaupload es MUY MALO. Ha estafado en la bolsa, colecciona coches de lujo y vive en una mansión de supervillano en Nueva Zelanda. En esa fortaleza mata las horas sentado en un sillón giratorio, acariciando un gato sin pelo y esperando a que llegue la policía para explicarles sus planes malvados y, entonces, activar una trampa que los aniquilará mientras él se jacta con una atronadora risa en reverb.
¿Tienes miedo? ¿No? Pues deberías. Porque el Gordo de Megaupload es un gordo cabrón. Cuando sus sicarios detectan alguna cancioncilla peligrosamente mantecosa, corren raudos a colgarla en Megaupload (que en inglés significa Fortaleza del Mal Malísimo Malvado, o eso me dijeron en la ESO) para que todo el mundo se contamine. Sin Megaupload, Michel Teló, autor de Ai se eu te pego, continuaría recibiendo botellazos en los bares cutres de su Portugal natal. Por malo. Por cursi. Porque su música representa todo lo malo del mundo.
Pero afortunadamente, los chicos del FBI ya han detenido al gordo y han cerrado Megaupload. Hombres decentes, patriotas de mandíbulas recias y sienes plateadas, talibanes de la libertad y padres de familia que pagan religiosamente sus impuestos. El sargento John MacBadass y el detective George Motherfucker. ¡Gracias, chicos! ¡Dadle su merecido al gordo mientras nosotros engullimos palomitas!
Estos días algunos medios de comunicación han dedicado páginas y páginas a los crímenes y excentricidades del Gordo de Megaupload. Como sugiriendo que algo raro hay en Megaupload si su mandamás tiene las manos tan sucias. ¿Pero qué tienen que ver las modelos húngaras y los coches deportivos del gordo con la discusión sobre Internet y la propiedad intelectual? Absolutamente nada. Solo son efectos especiales para distraer al espectador.

Sería más positivo cuestionar el lucro que conseguía Megaupload pasándose por el forro la propiedad intelectual. ¿Por qué no puede ganar dinero el creador pero sí el que cuelga en Internet sus obras? O también podríamos hablar de los millones de usuarios que usaban Megaupload para trabajar. Los mismos usuarios que han visto como el FBI les requisaban documentos que no infringían ningún tipo de ley. ¿Por qué la policía de EEUU golpea una empresa extranjera cuya legalidad solo está en entredicho, pero no hace nada contra empresas yanquis como Nike o Apple que tienen fábricas en países en vías de desarrollo que parecen más bien campos de concentración? Quizás porqué el iCloud, el genuine american service que quiere hacerle la competencia a Megaupload, acaba de salir al mercado. Y ya sabéis que, cuando se trata de dinero, EEUU confunde la realidad con la ficción. Si es americano, es bueno. Si es extranjero, forma parte del Eje del Mal.
Yo, por si acaso, empezaré a llamar al Gordo de Megaupload por el apodo de el Fuertecito de Megaupload. A ver si incluso eso no va a ser del todo cierto…

Joan Lerroux, 
El Jueves  (  23 de enero de 2012)

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