¿Debe Coca-cola financiar la visita del Papa?

Cuando quedas con alguien y no sabes qué tomar / no te apetece tomar nada. Cuando hace calor y tienes mucha sed. Cuando sales por ahí. Estás en un bar y tu boca pronuncia una marca de bebida burbujeante, incluso antes de que tu cabeza se lo haya planteado.

La empresa más conocida a escala mundial, Coca-cola, (la que se dice la marca de la felicidad), financia la visita del Papa a Madrid, el mismo que pronuncia que los homosexuales y el matrimonio entre personas del mismo sexo son un peligro para la sociedad y “se oponen al bien común".

Quizá es que yo soy una intolerante; nunca he comprendido bien cómo es que un señor archimillonario vestido de blanco se marche de viaje a un país para proclamar sus creencias, y que además sea éste último el que se lo subvencione.

A mí me parece bien que este señor predique,
pero que lo haga con sus fondos, ¿no?.

Se ha puesto en marcha una campaña para evitar que Coca-cola respalde la visita del papa, cosa que me parece ilógica y que no comparto, personalmente.

Considero que la empresa es privada y por tanto, puede hacer con su capital lo que le plazca. A nivel empresarial, entiendo que la decisión de sufragar parte de los gastos proviene de una perspectiva de dinero a embolsar astronómica, por lo que se preparan para explotar el negocio, pero entonces, ¿dónde está su responsabilidad corporativa?, ¿con qué valor moral pueden promocionarse como la marca de la felicidad, cuando secundan a quienes se entrometen en la felicidad de muchos?. 

Así que he decidido que a partir de hoy no compraré ni un sólo producto de The Coca-cola company.

Porque acabo de leer un artículo alarmista sobre qué sucede en tu cuerpo cuando te tomas una coca cola , porque soy una consumidora responsable y sobre todo, porque no deseo que mi dinero se destine a la propaganda de una familia "natural", entendiendo por esto un modelo patriarcal en el que ni las mujeres, ni los menores, ni mucho menos los homosexuales tienen derechos. No quiero que mi dinero difunda la idea de que la sexualidad sólo sirve para reproducirse, o que los condones suponen mayor riesgo para transmitir el SIDA. No, no quiero formar parte, ni ser cómplice de esto.