Valientes y valiosos

7.7.11

Asturias, patria querida


Como es habitual,
puedes pinchar en las imágenes para ampliarlas.


Ésta vez viajamos en coche, acompañados por una banda sonora novedosa y por Esmeralda, una tenaz voz que te sobresalta ordenándote por dónde has de ir, y en cuanto no le hagas caso te recalcula la ruta para que vayas por donde a ella le apetece. También es quien te muestra que vas por el campo, aunque tú sabes que conduces por una vía ordinaria. Fuimos por una carretera que parecía la ruta 66 americana - y no muy distinta en el nombre - , después autovía; hicimos una parada técnica para reponer líquidos y combustible, y tras un par de peajes, llegábamos a Niembru, un tranquilo pueblecito costero, próximo a Llanes. 

No fuimos previsores; no almorzamos en carretera, y para cuando atinamos a llegar al hotel, ya eran las 15h. En el pueblo todos (mejor dicho:  los dos)  restaurantes habían cerrado la cocina. Nos fuimos a Barro; misma situación, nos dirigimos a Celorio; ya directamente esperamos a que abriera un autoservicio para elaborar un bocata de emergencia. Hemos de reconocer que el primer almuerzo astur nos salió muy barato; 3.30E bebida incluida. Pero ya pudimos ir descubriendo belleza a nuestro paso, como la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, en Barro.

 Iglesia Nuestra Señora de los Dolores, en Barro.

Fue diseñada por el arquitecto de José Bonaparte, Silvestre Pérez y Martínez. La primera piedra se puso en 1794. Encontré esta fotaza en  Flickr de esta iglesia, por favor, picad en el enlace, ya veréis cómo merece la pena.

Ya después de haber calmado las necesidades básicas, fuimos como niños a la playa, dispuestos a bañarnos, pero una vez que probamos las  frescas   gélidas aguas, nos contentamos con pegarnos un chapuzón.



Playa de Toranda


Vista desde arriba


Más tarde, callecita abajo, callecita arriba, buscamos dónde podríamos cenar - recuerdo que estábamos bastante obsesionados con la cuestión. Encontramos un restaurante familiar, el Buzu, donde dimos cuenta de una apetitosa ensalada mixta, un suculento entrecot con patatas fritas y en mi caso, un exquisito flan casero. Teníamos hambre, sí, pero eso no quita el mérito de la cocinera. 
Ya sabréis que la gastronomía asturiana es colosal, tanto en cantidad como en calidad, así que no entraré en detalles. Después dimos un ligero paseo nocturno por el silencioso pueblo, cuesta arriba, dispuestos a citarnos con Morfeo. Estábamos exhaustos...











Al día siguiente recargamos energías gracias a un desayuno y unas vistas espectaculares. Nos decidimos por el rumbo este.  El cielo se fue enturbiando, pero no nos llovió, cosa de agradecer.
 
Una vez más, nuestra falta de previsión hizo que nos quedáramos sin visitar Las Cuevas de Tito Bustillo, ( el acceso estaba completo hasta el domingo y nosotros nos marchábamos el sábado), pero por lo demás nos recorrimos Ribadesella entera. Me encantó. El muelle, el mercadillo, la chocolatería Letizias, con un escaparate irresistible, las callecitas empinadas, estrechas y empedradas, las mansiones indianas, incluso me hizo gracia la torre de la Atalaya. La muestran como una edificación bajomedieval pero está cubierta de enredadera, así que podría pertenecer a cualquier época, en realidad.
Subimos por un caminito hasta la ermita de la Guía, patrona de los marineros, en la cima del Corberu. Se emplaza en un lugar propio de un faro, es del siglo XVI y está protegida por 3 cañones auténticos que cubren el horizonte y que se usaron antaño para librarse de piratas y conquistadores. Desde allí, las vistas de la otra ribera del pueblo son fabulosas.




Bajamos por un caminito de la ladera para encontrarnos con la ruta mitológica de Asturias, poblada por trasgos, ninfas y espíritus como la Güestía. Después pasearíamos por la ribera contraria, para ver de cerca las casas indianas, que merecerían un punto y aparte, y el acantilado donde con marea baja es posible encontrar huellas de dinosaurios. Nosotros lo intentamos, pero no pudimos conseguirlo, por lo que nos despedimos de Ribadesella rumbo a Colunga,  a la playa de la griega, siguiendo la ruta jurásica, para localizar el rastro más antiguo que jamás hayamos visto.











La siguiente parada fue Lastres, un pueblo que se ha hecho muy popular desde que se emite la serie "Doctor Mateo", por haberse rodado en esta localización. Tiene el mismo atractivo que el que desprende en la serie; callecitas empedradas, empinadas, estrechas...  Desde el mirador de San Roque se disfruta una vista hermosísima del paraje.

Vimos la torre del reloj, una edificación levantada en el siglo XV para controlar el puerto, y a la que en el siglo XVIII se le instaló el reloj que le da nombre. La capilla del Buen Suceso, del siglo XVI, y la iglesia de Santa María de Sábada, una preciosidad del siglo XVIII que se remodeló en el XIX. Su pórtico de piedra acoge a los niños que juegan a la pelota mientras los mayores comen pipas hablando de sus cosas.
También pasamos por delante de la casa barroca de los Robledo, que fue un cuartel durante la invasión francesa. Pero, por supuesto, no nos podíamos perder el faro de las luces. Aunque según Esmeralda, estuviéramos conduciendo campo a través.


Por la noche disfrutamos de una buena cena, estábamos rendidos después del día tan ajetreado, así que el paseo nocturno fue breve, enseguida emprendimos la cuesta arriba hacia el hotel, para recobrar fuerzas. El siguiente día pusimos rumbo hacia el lado oriental. Primera parada, Llanes. Me llamó mucho la atención la basílica, gótica, aunque su interior no está especialmente cuidado, y la oficina de turismo por estar ubicada donde antes había un torreón defensivo, que forma parte de la  segunda muralla medieval más larga conservada en el norte de España, del siglo XIII. Llanes en sí es bastante bonito. Algunas fotos:


La pólvora por las fiestas de San Juan

 Playa de Llanes
Cubos de la memoria

Ermita de la Virgen de la Guía, del siglo XVII.

Cuenta la leyenda que la imagen de esta virgen la encontraron unos pescadores
dentro de una caja de madera que flotaba en el mar.


Los aficionados al cine reconocerán este caserón, 
los exteriores de la casa en la película "El orfanato".
Por la zona hay bastantes casas en mal estado. Se construyeron muchas casas indianas que no resultan fáciles de mantener y se ven abandonadas, aunque aún demuestran en algunos detalles que conocieron tiempos opulentos. Tanto en Ribadesella como en Llanes se puede hacer una ruta indiana, contemplando las preciosas casas que se levantaron gracias a los que fueron a "hacer las Américas".  En Llanes, nos atrajo la decrépita Villa Concepción. Y nos fascinaron algunas otras que siguen en perfectas condiciones.

También nos gustó mucho Comillas, en Cantabria. Lo primero que Esmeralda nos mostró fue la playa y el puerto, pero nosotros traíamos otros intereses, y enseguida encontramos el cementerio, donde destaca un impresionante ángel exterminador que custodia el camposanto.
El ángel descansa sobre una iglesia monacal del siglo XV.
Es obra del escultor catalán Josep Llimona i Bruguera.


En un principio el Ángel Exterminador iba a formar parte del mausoleo del hijo primogénito del primer Marqués de Comillas, pero finalmente don Antonio López López lo donó al pueblo de Comillas. Nos costó un poco más encontrar El Capricho de Gaudí, la señalización era más bien contradictoria, pero somos tenaces y lo conseguimos. Mereció la pena.






Su nombre real es Villa Quijano, aunque se quedó con el nombre de Capricho, igual que los elementos que se edifican en los jardines. Fue un encargo del cuñado del marqués de Comillas, que deseaba una residencia de verano. Es un edificio modernista, que se planificó sobre 1883, y cuyo tema principal son los girasoles; la propia vivienda está construida para que se aproveche el recorrido del sol. Hay un invernadero que ocupa la parte central de la casita que tuvo que ser precioso, de hecho allí era donde  los invitados eran recibidos.


Debía de ser fabuloso veranear allí. Además de los girasoles, está llena de detalles por desvelar; una herradura de cerámica que señaliza el garaje, vidrieras con dibujos divertidos, como una abeja tocando la guitarra... Sólo en la entrada, encontramos unas columnas adornadas de hojas de palmito y pájaros, construida de forma que recoja la luz. Desde el acceso se puede vislumbrar una aguja, que posiblemente pertenezca a la capilla del palacio de Sobrellano.


El palacio de Sobrellano es obra de Joan Martorell, por encargo del propio marqués de Comillas. Es un palacete grandioso que ahora se ha convertido en museo. Como he adelantado, en el terreno se incluye una capilla/panteón. La propiedad es inmensa. Según nos contó la guía a modo de curiosidad, fue vendido por 70 millones de las antiguas pesetas allá por 1981, quizá porque al actual marqués de Comillas esta "casa de verano" no le resultaba lo suficientemente cómoda. O tal vez sencillamente porque mantener una propiedad así supone bastante esfuerzo; (pensad sólo en el impuesto de bienes inmuebles...). También tiene una silueta cinematográfica; aparece en la película "La herencia Valdemar".


La guinda del día, un atardecer en la playa (paramos en la playa de la Franca, brevemente, pues terminamos sobre la playa de Torimbia). Después disfrutaríamos de una cena magnífica en el Buzu, (pescado esta vez, media botella de vino blanco por cabeza y su célebre flan casero), y recorreríamos Niembro en un paseo nocturno muy agradable, gozando de la serenidad y el silencio.



Para el día siguiente marchamos a Covadonga.
Nos hizo un día soleado y veraniego, perfecto para visitar los lagos.


Basílica de Santa María la Real, Covadonga


Lago Ercina

Lago Enol


Es un lugar paradisíaco. En agosto se fletan autobuses para evitar el colapso en el camino, ahora siempre que haga buen día se puede ir en coche, no obstante advierten que se tenga precaución con el ganado. Las reses están sueltas, aunque son mansas y están acostumbradas a los vehículos. También hay ciclistas, así que entre que el camino es estrecho, lleno de curvas y de imprevistos, hay que avanzar con cuidado.
La tarde la dedicamos a Cangas de Onís, vimos su curiosa parroquia de Santa María, con tres filas de campanas, y como viene siendo tradición, cruzamos - cómo no - el puente romano :

Del puente pende la cruz de la victoria, símbolo de Asturias. Es en Cangas donde se ubica la Iglesia de la Santa Cruz, que data del 737 d.C. Se cree que fue el primer templo cristiano que se construyó en Asturias y por tanto en España después de la invasión de España por el Islam. Aquí se guardó la cruz que Don Pelayo, primer rey de Asturias,  portaba en la batalla de Covadonga (722). Ahora se exhibe una reproducción, la que se cree verdadera se encuentra en la catedral de Oviedo, recubierta a posteriori de oro y piedras preciosas.También fue cripta de el hijo de don Pelayo, Favila de Asturias, y de su esposa Froiluba;  en la propia cripta se ha hallado un dolmen.

 Detalle de la entrada

El último día nos marchamos de Niembro con pesar en el corazón.
Dejábamos atrás un pueblo apacible y rebosante de encanto.
 

 
¡Queremos veranear en esta casa!


O en ésta...

Nos concentramos en el prerrománico, ya en Oviedo. Por desgracia, a la iglesia de San Miguel de Lillo no se puede acceder por estas fechas, pues están en plena reforma, pero sí visitamos Santa María del Naranco, el palacio más antiguo de toda Europa.


Esta construcción formaba parte del conjunto palaciego alzado por el rey Ramiro I (790-850 a modo de palacio de justicia . Desde el exterior se insinúan tres pisos, que sólo corresponden a dos, con el ánimo de impresionar con una edificación tan ostentosa. La ventana trífora ha sido el símbolo elegido en la publicidad de "Asturias, paraíso natural"





El resultado es un conjunto simétrico en el que predomina el sogueado en fustes y capiteles a modo decorativo, así como los motivos de cuadrúpedos, aves y caballeros en combate.

A Oviedo, la Vetusta de la Regenta, tendremos que volver, porque apenas la pisamos; comimos por la ruta de la sidra, y entramos en la catedral. Tenemos pendiente recorrerla con mucha más parsimonia.

Se nos agotaban nuestros cinco días de vacaciones, y nos marchamos con la memoria repleta de memorias hermosas gracias a Asturias. Regresaremos, sin duda; ojalá sea pronto.

6 comentarios:

VícToR dijo...

Completísimo tu reportaje. Asturias me encanta desde que la descubriera hace unos años, de hecho me voy para allá dentro de una semana.
He tomado buena nota de algunas cosillas que has comentado y aun no conozco.

Un abrazo!

Juan Carlos dijo...

¡Bueno! cinco días bien aprovechados y mejor contados.
Salu2

mariajesusparadela dijo...

Menido paseo me he dado contigo. He disfrutado mucho, no me he cansado ni he gastado nada...claro que tampoco he saboreado esas delicias (no todo puede salir bien).

Atlántida dijo...

¡Desde luego que has aprovechado bien esos 5 días! ¡Qué preciosa Asturias! ¡me he enamorado del Capricho! para mí Gaudi siempre ha sido un genio y me ha dado un pelín de miedo el angel exterminador, ´¡Qué maravilla los lagos! ¡cómo se come la naturaleza a las edificaciones! en fin... me quedo con el lema: Asturias paraiso natural.

Candela. dijo...

Asturuas lo conozco bastante bien, especialmente Gijón, de donde por desgracia es mi ex y que no piso desde 1995.
Covadonga me encantó, sobre todo subir a los Lagos. Es realmente precioso y tan nublado como esto, jiji

Espérame en Siberia dijo...

¡Qué belleza de lugar!
Enhorabuena por tan bonita reseña de tu maravilloso viaje, preciosa. Hasta me dn ganas de tomar el primer vuelo para allá, jijiji.

Recibe todo mi amor y mucha luz :D