Valientes y valiosos

18.4.11

Obsolescencia programada - o comprar, tirar y volver a comprar.

El sábado pasado, mientras la mayoría disfrutaba del fútbol, una excelente amiga y yo tomábamos algo en un local sito entre Gran Vía y Chueca la mar de agradable. Todavía no sé cómo, (¿influyeron las bebidas alcohólicas?) terminamos. . . hablando de los cálculos conscientes que hacen las empresas acerca de la duración de los artículos que compramos, o lo que viene siendo la “Obsolescencia Planificada”.

Aún a riesgo de parecer la petarda del anuncio de Vodafone (ésa que dice "adoro el cine de Alexei Kurkovski"),  os dejo un documental (dura unos 50 min ) titulado “Comprar, tirar, comprar” de la directora alemana Cosima Dannoritzer. Considero que es formidablemente interesante.

Seguro que habéis oído/dicho aquello de "ya no se hacen las cosas como antes". Pues bien, aquí tenéis la explicación y podréis entender por qué cada vez hay más productos que, pese a los avances tecnológicos y el coste que suponen, tienen un tiempo de vida muy limitado. Somos consumidores de productos innecesarios y que se deterioran con rapidez por tácita aceptación- nos hemos acostumbrado a que se lancen al mercado artículos con una previa planificación de su deterioro, así que nuestras compras se basan en la novedad, la atracción visual y no en la necesidad.  Todo un toque de atención a la forma de vida imperante.

11 comentarios:

Juan Carlos dijo...

Hasta las bombillas incandescentes tienen un punto en el filamento para que se fundan al cabo de cierta cantidad de horas. Es que, si no, no se consume y no ganan dinerito los directivos de las empresas, chica.
Salu2

Oltra Bitácora dijo...

Conocía el documental y la verda esq no puede tener más razón, pero mira quién habla, yo, la consumista nº1 por excelencia.....un desastre!

mariajesusparadela dijo...

Evidentemente, esto es la sociedad de consumo y de esa forma es como el dinero fluye.
No vi el vídeo porque ya había visto un par de cosas sobre el tema que, supongo, dirán más o menos.
Lo hemos aceptado , entrando en la cadena.

Raquel dijo...

Hace poco me informé del minimalismo como ideología, como forma de vida. Aquí puedes encontrar información, artículos interesantes y nuevos planteamientos: http://valedeoro.es/

Estoy empezando a deshacerme de algunas de mis cosas y para cuando me haya emancipado espero tener un estilo de vida diferente (y muchos menos trastos para la mudanza).

Pienso luchar por mi felicidad (que desde luego NO se basa en el consumo) y no por el crecimiento económico (¿qué se han creido que nos están pidiendo?) Y todavía habrá alguien que me llame egoista o roñosa.

Lunática dijo...

Conozco bien este tema, porque el documental me lo pusieron en clase de publicidad. Es increible como lo tienen todo controlado y encima, tontos de nosotros nos dejamos engañar...

eMiLiA dijo...

Wow, y una sin prestarle atención a esas cosas!

Abrazo!

S. dijo...

Qué barbaridad...
(Me voy de vacaciones jijijiji)
Besitossssss

Lakacerola dijo...

Hice una entrada al respecto sobre esto hace tiempo, con respecto a una anécdota que me pasó sobre el reciclaje y llevas toda la razón. Si no se gastaran las cosas, no haría falta comprarlas y las empresas no venderían. Es una cadena que no interesa romper.
Un abrazo.

Yomisma77 dijo...

No he visto el documental pero si que había leído sobre el tema :(

Hablando con un amigo sobre este tema cuestioné si también la industria médica se apunta a tales indecencias y la verdad es que me entró un sudor frío ante la mas mínima posibilidad de que así fuera... en fin que prefiero no saber...

Un abrazo grande Darthpitufina :)

Mr Blogger dijo...

Bueno, yo creo que no hay esa intencionalidad (más que nada porque hacer cosas adrede para que fallen lleva un gasto extra de investigación y desarrollo que no asumirían las empresas, sobre todo las de tecnología, y sobre todo porque la tecnología es tan cambiante que no les vale la pena). Simplemente es por usar materiales que se degradan antes porque son más baratos por la reducción de costes y porque la miniaturización hace que las cosas sean menos robustas, por necesitar procesos de fabricación más complejos y propensos a fallos o que no resistan del mismo modo el paso del tiempo.

Atlántida dijo...

Sigue resultandome curioso ver como en realidad no somos tan libres como pensamos, la mayoría de cosas las tenemos instauradas en nuestro cerebro. Yo no soy una gran consumista, aunque vivir en esta sociedad me oblige a consumir sí o sí, es la característica fundamental de nueestros días.

El documental me lo guardo, para verlo con calma. Estas cosas acostumbran a ponerme los ojos como platos.