Valientes y valiosos

22.3.11

Complutum

Aprovechando el benigno clima primaveral, nos acercamos hasta Alcalá de Henares. Fue una decisión un tanto improvisada, y nos alegramos de haberla tomado. Disfrutamos tanto del solecito como de la historia que desprende esta preciosa ciudad, no en vano ha sido declarada Patrimonio Mundial por la Unesco en 1998.

Desde la estación de tren camino al centro se halla el Palacio de Laredo, un edificio que combina diversos estilos, pero en el que destaca claramente el neomudéjar. No nos adentramos en él;  sin embargo, tengo entendido que sus salas están inspiradas en la Alhambra, debe de ser fabuloso. Actualmente este palacio alberga el centro de estudios cisnerianos - no podía ser de otra manera.

Si lo deseas, puedes pulsar en la imagen para ampliarla.

La edificación data del siglo XIX
Desde la calle de los Libreros, llamada así por la gran cantidad de talleres de imprenta que se instalaron  desde el siglo XVI en su entorno, llegamos a la plaza de San Diego, donde está emplazado el Colegio Mayor de San Ildefonso, exhibiendo su fachada plateresca firmada por Gil de Hontañón.


Volveremos más tarde a la universidad para visitar su interior, pero de momento estamos siguiendo el pulso de la ciudad, por lo que proseguimos hasta la magnífica plaza de Cervantes, antes conocida como la plaza del mercado.

En una vista general, sobresale la torre de la extinta iglesia de Santa María la Mayor. La iglesia sufrió un incendio provocado durante la guerra civil, aunque la torre permaneció en pie. La han restaurado para que sea posible acceder hasta uno de los lugares más elevados de Alcalá gracias a una estructura metálica en caracol, no apta para las personas que sufren mareos o vértigo.

Por la calle Mayor nos encontramos multitud de bares y terracitas, donde se pueden degustar las célebres tapas complutenses. Nos llamó la atención saber que antiguamente en la confluencia entre la calle Mayor y la calle Santiago se situaban  las carnicerías de los judíos. Hoy en día, en ese mismo área, se ubica un Burguer King.


Tras una inspección breve a la casa natal de Cervantes, (acceso gratuito, aunque no permiten realizar fotos) , decidimos imitar a la mayoría de los conciudadanos y nos tomamos el aperitivo en una terracita al sol. Más tarde nos dedicamos a la ardua tarea de localizar un sitio desocupado para comer; por fin encontramos una mesa libre y hasta logramos, victoriosos, que nos tomaran nota. Un camarero solícito nos sugirió, además de lo que habíamos pedido, una tapa de calamares, la cual aceptamos; curiosamente, esos calamares no llegaron nunca. Nos pareció gracioso que nos ofrecieran algo que no nos pensaban servir, pero bueno, tampoco nos lo cobraron... Engullimos nuestro piscolabis y un poco más tarde de lo que nos hubiera gustado pudimos irnos y así continuar nuestra exploración.

Por el camino nos cruzamos con la plaza de los Irlandeses,  uno de los lugares menos seguros de  la ciudad de Cervantes hará unos cuatro siglos. El acceso actual a la plaza desde la calle Mayor era conocido como el callejón del Peligro, un lugar donde se libraban duelos y disputas entre los estudiantes y diversos personajes de incierta reputación; por este motivo fue clausurado a finales del siglo XVIII. Ahora es un lugar de lo más apacible.


De ahí nos dirigimos hacia el Palacio Arzobispal de Toledo, edificado en el siglo XIII. Aquí se celebró el primer encuentro entre los Reyes Católicos y Colón, también en este mismo palacio nació Catalina de Aragón, reina consorte de Inglaterra. Como recordaréis, fue prometida a Arturo,  príncipe de Gales , aunque terminó desposando a Enrique VIII y fue reemplazada por Ana Bolena, entre otras razones por no haber alumbrado un heredero varón. La fachada principal fue creada por Alfonso Covarrubias en el siglo XVI.


Cerca está situada la catedral de Alcalá de Henares, que era una iglesia magistral, es decir, los canónigos debían ser profesores, magister, de universidad.


Hablando de lo cual, volvemos al Colegio Mayor de San Ildefonso, aka Universidad de Alcalá de Henares. Nuestro guía, Jose Luis,  un chico muy agradable y avispado, hizo del recorrido un circuito muy ameno -  creo que realizan esta labor voluntariamente, no obstante, ¡si cobran algo, encomiendo desde aquí que le suban el sueldo! -.

Nos relató que la universidad se fundó gracias al cardenal Cisneros, quien consigue del papa Borgia, Alejandro VI, bula pontificia para su proyecto. En 1499 se funda, pues, esta universidad, en la que se estudiaba principalmente teología y artes (medicina, filosofía...). Mencionar que a mediados de siglo XIX, debido a intereses políticos y la desamortización de Mendizábal, la universidad fue trasladada a Madrid y el propietario del edificio, un tal conde Javier de Quinto, fue vendiendo todo lo que de valor allí había. Llegó hasta tal punto en el que peligró la propia fachada, pues consideró venderla a un magnate texano que pretendía desmontarla y erigirla piedra por piedra en EEUU. Es entonces cuando los alcalaínos reaccionan y forman la sociedad de condueños para evitar el desmantelamiento. Le compraron al conde el edificio, y a lo largo del siglo XX se estuvo reformando, para venderlo después al Estado español por el precio simbólico de 1 peseta,  con la condición de que la universidad de Alcalá de Henares volviera a su ubicacion primigenia.

Actualmente el edificio es el rectorado de la universidad; al acceder a su interior encontramos tres patios. El primero es un espacio grandioso realizado a tres alturas graduales, diseñado para aprovechar la luz diurna.  En él se encontraban las aulas y se alojaban los mejores alumnos.


El segundo es el Patio de Filósofos, o de Continuos. En el siglo XVII se albergaban allí todo el año - de continuo -  los alumnos más pobres, becados, que realizaban trabajos para los alumnos más ricos para sacarse un sobresueldo. Como en la universidad era obligación vestirse con el mismo atuendo, se tocaban con un gorro de ala ancha o gorrón para diferenciarse y que de ese modo, los discípulos más acaudalados pudieran solicitar sus servicios. De ahí viene el término gorrón - pues no abonaban las clases, aunque trabajaran para subsistir -.

El término empollón también proviene de la universidad de Alcalá, puesto que los estudiantes pudientes pedían a los pobres que se sentaran una hora antes para calentar la silla - empollaban por tanto para que los ricos se encontraran su sitio calentito en invierno. En este patio hay dos portones, el de la Gloria, destinado a los estudiantes que aprobaban, y el de los Burros, para los mantas que suspendían.


El Patio Trilingüe es el último espacio abierto de la Universidad. Su nombre proviene del Colegio de San Jerónimo o Trilingüe, que se instaló en este lugar en el último tercio del siglo XVI y cuyos objetivos docentes consistían en la enseñanza del latín, griego y hebreo, así como el árabe y el arameo, a fin de comprender  idóneamente los textos de la Biblia. Su estilo es totalmente renacentista. En un principio estaba enclavado en la Plaza de San Diego, pero se demolió debido a su estado ruinoso y se trasladó a la situación presente. En la segunda construcción, el anteriormente mencionado conde de Quinto también hizo de las suyas, llevándose la balaustrada original para instalarla en su palacio de Madrid, que ardería en un motín años más tarde.




Hay muchas anécdotas unidas a la universidad que bien merecen la visita guiada (cuesta 4€ y si se combina con la visita al palacio de Laredo, 5,50€). Nosotros nos quedamos impresionados especialmente en el paraninfo, no sólo por el artesonado del techo, (espectacular), sino por la narración de la ceremonia de doctorado. También son dignas de atención las curiosidades que atañen al premio Cervantes - en 1979 hubo una entrega doble de premios, como excepción que confirma la regla-.

No dejéis de ir, saldréis encantados. A nosotros se nos iba la luz,  y no nos quedó más remedio que  tomar el tren de vuelta, eso sí,  con la firme intencíón de regresar y disfrutar de todo lo que se nos quedó en el tintero.

5 comentarios:

Juan Carlos dijo...

La ceremonia del doctorado me llamó mucho la atención cuando fui y me la contaron. Por cierto que los doctorandos de hoy en día siguen haciendo honor a esta ceremonia, no tanto como en esa época pero la comida sigue siendo lugar inevitable.
Alcalá es una magnífica excursión que merece la pena pero veo que os faltaron dos cosas típicas de Alcalá: las garrapiñadas y las migas con chocolate; ¡para el próximo viaje!
Salu2

Oltra Bitácora dijo...

De verdad que ste pais nuestro estáplagado de auténticas maravillas.Me han encantado las anécdotas universitarias!

Unknown dijo...

Bonito fin de semana , no hace falta que nos recorramos el mundo para ver estas maravillas , yo voy por trabajo de vez en cuando a Alcalá y aunque no he paseado tanto me gusta mucho

Saludos

ariamsita dijo...

No tenía ni idea de que Alcalá de Henares estuviese tan lleno de tesoros, la verdad es que nunca he estado y me has dado ganas de hacer una escapadilla cuando pueda!!
Unbeso:)

eMiLiA dijo...

Gracias a que tengo un otoñal día positivo, ja, hasta me creo que hice el tour ahí mismo, en vivo y directo.

Hermoso.

Un abrazo!