Valientes y valiosos

10.3.09

Cercanías

Tenía dedos hábiles. Rebuscó en su monedero de pana verde hasta que encontró la fina lámina que necesitaba. Después, con gesto habituado, dejó el filtro encasquillado en el intersticio entre su leonada cabellera caoba y la delicada orejita. Sus ojos castaños apenas registraban sus acciones; extrajo algo de un estuche amarillo, lo desbrozó ligeramente, diseminándolo a lo largo de la breve lámina, añadió el filtro que había estado aguardando durante todo el proceso, y lió un apretado cilindro. Después, lo guardó en el mismo monedero de pana verde en el que había estado escarbando para más tarde, al salir del tren, aspirar humo y expulsar una bocanada de sueños.

1 comentario:

Nork dijo...

manitu.. manitu..