Valientes y valiosos

5.11.08

Noviembre

Durante mucho tiempo viví en tierra de nadie, una delgada línea fronteriza entre la existencia y la nada. Todo a mi alrededor se movía y se expresaba, las personas, los objetos, los acontecimientos, el sol y la luna, todo partía de un punto y llegaba a otro, todo respiraba, todo existía, excepto yo, que no dudaba de nada salvo de mí. Los demás parecían andar de verdad, hablar de verdad, reírse o gritar o correr de verdad, pero eran ellos, los otros, quienes soportaban por completo el peso, la responsabilidad de la realidad. Yo había perdido la facultad para ser igual que ellos para convertirme en un elemento más de los miles de millones de elementos que manejaban, uno de sus pretextos, un ingrediente más de sus recetas, como el vinagre en una ensalada. Cuando no me quedaba más remedio que contestar, contestaba, cuando no me quedaba más remedio que saludar, saludaba, pero no me sentía capaz de identificar esas reacciones automáticas con el ejercicio de una voluntad que me desconocía. Y aunque procuraba no pensar en él, para ahorrarme la agudeza de una herida concreta, siempre abierta, ni siquiera estaba segura de que él fuera exactamente el responsable de mi misteriosa incapacidad para comprender que estaba viva [...]



Nadie llegó nunca a descubrir como me sentía. Todos los habitantes de mi casa se dejaron embaucar por mi apetito, por mi tranquilidad, por la aparentemente plácida regularidad de unas acciones que apenas indujeron a sospechar un remansamiento natural, la temprana aplicación de la ley adulta, a las frágiles mujeres que me rodeaban. Porque yo me ponía el despertador todas las noches, y me levantaba todas las mañanas, me duchaba y me vestía, desayunaba y cogía el autobús, entraba en clase y me sentaba en una silla. Cuando mi hermana tenía una mala racha, no se movía de la cama en todo el día, pero yo sí lo hacía. Yo vivía lo justo para sentarme en una silla. A partir de ahí, todo lo que dijera, todo lo que pensara, lo que opinara o lo que me sucediera, no era más que puro azar.
No leía, no estudiaba, no paseaba, no iba al cine, ya ni siquiera iba al cine, no tenía ganas de engordar con mentiras ajenas ahora que me había quedado sin fuerzas para alimentarme de mentiras propias. [...]

Ahora sé que él fue el origen y fin de aquel derrumbamiento, y ya no me avergüenza reconocerlo, no me siento débil ni blanda, ni tonta por ello. Tardé años en comprender que con él había perdido mucho más que su cuerpo, que su voz y que su nombre, más que sus palabras, más que su amor. Con él se había disuelto una de mis vidas posibles, la única posible vida que yo había sido capaz de elegir libremente, y por ella, por esa vida mía que ya nunca sería, guardaba yo aquel luto sombrío y manso, el patético destierro en una isla con respaldo y cuatro patas, tan confortable como un minúsculo calabozo de muros mohosos, húmedos y fríos, sobre cuya ventana un compasivo carcelero me hubiera consentido alegres cortinas de cretona floreada.
Vivía para sentarme en una silla, hasta que una de las raras noches en las que me dejaba arrastrar por mis amigos, sin excusas que oponer, el novio de Mariana se sacó del bolsillo una cajita metálica y me ofreció su contenido con una sonrisa ambigua en los labios.
- Coge dos - me dijo. - De las amarillas. Son cojonudas.


De Malena es un nombre de tango,
por Almudena Grandes.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Impresionante.

Pienso que no sos vos la protagonista, por la aclaración del final pienso es un extracto, pero así mismo fueras vos, quiero decir que cuando uno se enamora con la persona 100% justa la mimetización es TOTAL. Y en esa totalidad las cosas impredecibles o jamás imaginadas suceden. A mi personalmente me ha pasado, por eso escribo este comentario que me nace natural después de leer tú entrada.

Me dejás pensando... como somos los humanos según el grado de fusión que logremos al enamorarnos...

Saludos Pitufina.

Anónimo dijo...

He llegado a tu blog rebuscando una cancion de Remy Zero (Fair), y me he parado a leerte.
Me ha encantado, creo que has conseguido un seguidor más...