El año de los monasterios

Aún me queda todo el verano por delante trabajando -e indexando- en Corresponsalía. Con bastante trajín, ya que en España contamos con el clásico lema sangría, sexo y sol, dándose el fenómeno Españatracción... (que ya está en plena vigencia). Sí, la proporción de guiris que pululan por territorio cañí ha ascendido, tanto los que vienen a disfrutar de su asueto como aquellos para los que sólo somos la ruta de pasada, y me temo que las semanas en las que no podré librar ni un sólo día (quince días de tirón, y olé) me dejarán exprimida...
Sin embargo, hay luz al final del túnel, (y no es un camión cisterna que venga a arrollarme...)

¡¡ Ya tenemos plan de vacaciones !!

Todavía queda un mes y medio, sin embargo:
¡¡tener expectativas positivas hace el horizonte más bonito !!

Cuando estuvimos en Segovia nos alojamos en el Monasterio de San Antonio del Real, no creo que ningún otro hotel esté a su altura porque ha sido, con diferencia, el mejor hotel donde me he hospedado (desde el trato que recibimos hasta las instalaciones -¡nuestra habitación daba a un claustro del siglo XV! - y ese desayuno buffet pensado para los cinco sentidos, te ubicabas al lado de un ventanal luminoso, escuchabas música clásica saboreando el zumo de naranja recién exprimido, percibiendo el aroma del café recién hecho, de los croissants crujientes).
Este verano después de mucho pensar y comparar, nos vamos a otro antiguo monasterio, éste del siglo XVIII, también restaurado como hotel, situado en el centro del Puerto de Santa María, junto a la famosa Ribera del Marisco y a menos de 2 kilómetros de la playa.

Tiene buena pinta, ¿verdad? ¡Además, tiene piscina!

Felices vacaciones a los que ya las disfruten, yo me quedo soñando un ratito más con las mías...