Todos terminamos teniendo lo que nos merecemos. Lo conseguimos, queramos o no, porque el tiempo tiene la manía de colaborar con la justicia. Los que se proclamaron emperadores trabando verdades, terminan en el calabozo del olvido. El tiempo te sopla el nombre de aquel que te salvó anónimamente y jamás te pidió nada a cambio, porque consideraba que no se lo debías. En tu conciencia está darle las gracias, al menos.
Es el tiempo quien desabrocha las medallas que otros se autoimponen con el mérito de unos, para que se despeñen infierno abajo. Para que se reconozca a los unos, y no a los otros.
El tiempo es lento, y a veces ya no importa el castigo de los usurpadores, ni el reconocimiento.
Pero él, inmune a nuestra desconfianza, continúa.
Yo no sé cómo he conseguido lo que tengo, porque creo que no me lo merezco. Dicen que los buenos amigos son siempre los preferidos porque los elegimos nosotros, pero yo creo que además, me ha ayudado la suerte y he conocido a los mejores.
No sé qué sería de mi vida sin vosotros.
Vincent, porque has dado luz a mi vida, porque siempre consigues hacerme reír aunque el presente sea del color del alquitrán nuevo, porque es facilísimo quererte con locura y porque cuidas de mi como nadie lo ha hecho. Porque sabes poner a las tempestades una sonrisa (aunque sea forzada) y creas el arcoiris.
Marzena, porque me escuchas como si tu vida dependiera de mis palabras, porque tienes el don de regalarme abrazos botiquín, que siempre consuelan aunque no resuelvan todas las aristas de la vida. Porque sabes transmitir todo tu cariño cuando más falta hace con la naturalidad de quien respira.
Os quiero muchísimo, chicos. No sé cómo agradeceros cómo os habéis volcado conmigo en esta quincena horrible, todo el cariño que he recibido, todas las risas, la esperanza y la amistad con la que me habéis equipado. Un gracias queda muy corto.
Seguro que a vosotros se os ocurre alguna idea....
Es el tiempo quien desabrocha las medallas que otros se autoimponen con el mérito de unos, para que se despeñen infierno abajo. Para que se reconozca a los unos, y no a los otros.
El tiempo es lento, y a veces ya no importa el castigo de los usurpadores, ni el reconocimiento.
Pero él, inmune a nuestra desconfianza, continúa.
Yo no sé cómo he conseguido lo que tengo, porque creo que no me lo merezco. Dicen que los buenos amigos son siempre los preferidos porque los elegimos nosotros, pero yo creo que además, me ha ayudado la suerte y he conocido a los mejores.
No sé qué sería de mi vida sin vosotros.
Vincent, porque has dado luz a mi vida, porque siempre consigues hacerme reír aunque el presente sea del color del alquitrán nuevo, porque es facilísimo quererte con locura y porque cuidas de mi como nadie lo ha hecho. Porque sabes poner a las tempestades una sonrisa (aunque sea forzada) y creas el arcoiris.
Marzena, porque me escuchas como si tu vida dependiera de mis palabras, porque tienes el don de regalarme abrazos botiquín, que siempre consuelan aunque no resuelvan todas las aristas de la vida. Porque sabes transmitir todo tu cariño cuando más falta hace con la naturalidad de quien respira.
Os quiero muchísimo, chicos. No sé cómo agradeceros cómo os habéis volcado conmigo en esta quincena horrible, todo el cariño que he recibido, todas las risas, la esperanza y la amistad con la que me habéis equipado. Un gracias queda muy corto.
Seguro que a vosotros se os ocurre alguna idea....
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