Valientes y valiosos

28.1.08

El Zahir

Creo en las señales (...).

También aprendí a respetar el misterio; como decía Einstein, Dios no juega con los dados con el Universo, todo está interrelacionado y tiene un sentido.
Aunque este sentido permanezca oculto casi todo el tiempo, sabemos que estamos cerca de nuestra verdadera misión en la Tierra cuando lo que estamos haciendo está contagiado por la energía del entusiasmo.

Si lo está, todo va bien. Si no lo está, es mejor cambiar pronto de rumbo.

Cuando nos encontramos en el camino correcto, seguimos las señales. (...)

Pero las señales indicaban que no era el momento. Si realmente él era tan importante en mi vida como yo imaginaba, si seguía amándome, ¿por qué forzar una situación que me iba a llevar a cometer los mismos errores que había cometido en el pasado?.
¿Cómo evitar repetirlos?
Conociendo mejor quén era yo, qué había cambiado, qué había provocado este corte súbito en un camino que siempre había estado marcado por la alegría.
¿Bastaba con eso?
No, también tenía que saber quién era la persona a quien amaba, por qué transformaciones había pasado todo este tiempo.
¿Y era suficiente con saber la respuesta de estas dos preguntas?. Faltaba una tercera.

¿Por qué nos había unido el destino?


No hay comentarios: