Valientes y valiosos

28.9.10

Perderse en Oporto

¿Y qué vas a hacer tú sola en Oporto?, me decían.
Si no hay nada que ver...



Como siempre, haz click en la foto para ampliar.

Sin embargo, Oporto es la segunda ciudad más grande de Portugal.  Y los ojos me hacen chiribitas cuando hablo de ella. No tan cosmopolita como Lisboa,  me da la bienvenida una ciudad acogedora, de grandes contrastes y arquitectura anárquica.

En el aeropuerto compruebo que hay una línea de metro que me lleva hasta el centro. Al parecer, no me pueden vender la tarjeta Porto Card, que según tenía entendido se podía adquirir en el mismo aeropuerto y no sólo sirve para el transporte sino que incluye descuentos o entradas gratuitas para según qué monumentos. Así que compro la tarjeta andante tour, que me servirá para todo el transporte (incluido el funicular, yupiii).

Como buena Manitú de las lluvias que soy, al llegar pude disfrutar de un poco de solecillo en el metro (que es exterior en su mayor parte del recorrido). Enseguida se nubló, llovió y volvió a lucir un sol  envidiable a última hora de la mañana ..., de la mañana en la que me iba.
Por supuesto, esto es debido a la conocida paradoja de Helios - no puede haber dos soles en un mismo lugar al mismo tiempo.

...  Disgresiones aparte, al salir del metro, me encuentro en Bolhao,



... así que aproveché para visitar su famoso mercado.
Descuidado, desordenado y decadente, una barahúnda de olores y colores mezclados; toda una bofetada para los sentidos.


Me gustaron mucho más las tiendas de las cercanías. No me refiero a las de grandes marcas  (Zara, Mango, Adolfo Dominguez...) de Rua Catarina, que es una de las vías más comerciales portuenses, sino a las tiendecitas que reflectan el esplendor de antaño. Como ésta:


Así que para tomar contacto con la cultura lusa, toca una ración gastronómica. Me pido una francesinha, muy popular aquí, una especie de sandwich muy contundente (pan blanco con embutidos varios, un filete de ternera, lonchas de queso, gratinado y acompañado de una salsa picante).

No termino de entender que ésto sea apetecible en momentos de resaca,
que por lo visto es para lo que se inventó.
Pero en fin;  una vez repuestas las fuerzas,
me dirijo hacia mi objeto de deseo.

No es la iglesia ni la torre de los Clérigos...


No es la avenida de los Aliados, ni el Ayuntamiento, ni la plaza de la Libertad...

sino... la grandiosa librería Lello e Irmao


Considerada una de las más bonitas de Europa, tiene una escalera fabulosa de madera labrada, que parece recién sacada de las manos de Gepetto. El trabajo de ebanistería en todo el local es  prodigioso. En un ambiente entre neogótico y modernista, los libros se exhiben atrayentes, iluminados por la vidriera  del techo, que me dejó fascinada.

En el suelo, se pueden apreciar aún los raíles por donde pasaban 
vagones repletos de libros,
que llegan hasta la puerta de entrada.

¿Y qué libro adquirí aquí? . . . 
Uno de José Saramago, no podía ser de otra manera.
(Mi tributo a uno de los personajes entrañables 
que se han marchado este año).

Fuera de esta atmósfera tan llena de magia (por cierto, tengo entendido que se rodaron aquí escenas de la saga de Harry Potter) aún queda mucho por descubrir de Oporto. Pero no me voy muy lejos; estoy agotada tras el madrugón tremebundo al que me obligó Ryanair para después salir con retraso de Madrid (estas cosas, pasan...).

Y así inicio mi paseo al día siguiente, sin plan preestablecido, dedicándome a descubrir lo que la ciudad ofrece... Mujeres que venden pescado en una esquina de la calle, en un puesto improvisado que no parece tener licencia, y a la siguiente bocacalle, una preciosa cafetería, el café Majestic , con su leyenda de Belle Epoque y su fachada modernista. Te clavan dos euros por un café con leche ,  no obstante es tan bonito y te tratan con tanta deferencia (aunque / debido a que seas una guiri)  que se abona hasta dando las gracias.

Café Majestic
Y apretando un poco el paso...

Estación de Sao Bento
(en su interior, más de 20.000 azulejos
ilustran la historia de Portugal)



La Sé




Claustro de la catedral

Entre sus muros de piedra están engastados
los azulejos típicos componiendo paisajes y escenas


Rumbo a Vilanova de Gaia



¡El funicular!
Interesante opción para no subir cuestas en modalidad cabra


 Doña Nipona lista para un mini crucero por el Duero



El puente de Luis I, construído por descendientes de Eiffel,
es único por sus dos niveles con los que se unen ambas orillas.

El nivel inferior es una carretera por donde circulan vehículos y transeúntes,
el nivel superior está destinado al metro
(aunque también se puede cruzar siendo peatón)




En la otra orilla


En un restaurante indio- donde por cierto, cené el mejor "chicken tikka"

de la península - se disfrutan unas vistas inmejorables




  Lástima que yo viajara sin trípode y sin mi Nikon...

El paisaje nocturno es espectacular.

En la ribera


Oporto es bastante apacible y se puede recorrer paseando, aunque un día me pilló algo vagoneta y terminé subiendo al típico trenecito turístico. Además de la vuelta traqueteante, hay una visita incluida a una bodega y degustación de dos copitas de vino (Oporto) incluidas. Las zonas más emblemáticas que quedan por revisar vienen a continuación:


Avenida de los Aliados

Plaza de Batalha e Iglesia de San Ildefonso

Iglesia y Torre de los Clérigos


200 escalones más tarde y a unos 76 m de altura...



En un día despejado las vistas deben ser maravillosas,
aún así me parecieron tremendas.

Palacio de la Bolsa

Iglesia de San Francisco.
 

Gótica por fuera, barroca por dentro, en su interior guarda una talla del árbol de Jesé fascinante. Doce reyes de Judea apoyados en ramificaciones que provienen de un tronco que crece del cuerpo del profeta tendido en el suelo y dormido, simbolizando su sueño. 

Es una iglesia bastante agresiva para los sentidos,
demasiado horror vacui... demasiado barroco.
Destaca el dorado de sus retablos, se dice que se emplearon hasta 200 kilos de polvo de oro en toda la iglesia. (En épocas de crisis hubo que cerrarla porque se consideraba una provocación...). También se pueden visitar sus catacumbas, donde se depositaron los restos de San Ivo de Treguier, (patrono de los abogados).

Plaza de Alburquerque


 La Casa de la Música es una sala de conciertos que se construyó con ánimo
de inclusión en el proyecto "Oporto 2001; Capital Europea de la Cultura".
Su construcción se retrasó y no fue terminada hasta el año 2005.


Oporto ofrece miles de rincones para soñar y dispuestos para la evasión; no deja de sorprender a cada paso. Por ejemplo, podemos percibir cierto aire "British" de pronto, reminiscencia de la presencia inglesa a principios de siglo pasado:

y después encontrarnos algo como esto:


Un cañas y tapas patrio

Dejé pendientes en el tintero algunas visitas, sobre todo la zona de Foz, el peculiar Castillo de Queixo..., pero no importa,  seguro que vuelvo. De momento, es hora de marcharse. ¡Hasta la vista!



6 comentarios:

Espérame en Siberia dijo...

¡Pero qué ganas de ir a Portugal, por Dios! Por las fotos puede decirse que es un lugar maravilloso.

Muchos besos, encanto. Y gracias por tu apoyo :)


Mucha luz.

Juan Carlos dijo...

Doy por supuesto que te gustó. Oporto y Lisboa son ciudades preciosas pero hay mucho más Portugal por descubrir. Que mira que está cerca y más se conoce Inglaterra, Francia o el Caribe que a los lusos de al lado. Será por la proximidad.
Besos (no se me ha olvidado lo del helado, lo sepas)

Anónimo dijo...

Espectacular recorrido turístico que utilizaré como motivación para visitar tal ciudad. Grandes fotos y gran contenido. Me ha gustado de veras.

Rocío Campos dijo...

Leer tu viaje es como estar en Oporto. Me he transportado directamente allí y ya tengo ganas de verlo en persona. Mi próximo viaje es a Lisboa, pero incluyo Oporto en mi lista de lugares que ver antes de morir.

Preciosas fotos!!
Besos!

borraeso dijo...

Te sucedió en Oporto lo que al membrillo: brilló el sol con su ausencia.
Y sin embargo, me dejas maravillada en este paseo. Todo un descubrimiento. Tardé en llegar, pero valió la pena!!!

Besos!!!

P.D.: Te dejo algo de Saramago, ese entrañable...

http://cuaderno.josesaramago.org/2009/05/25/historia-de-una-flor/

mansi nishi dijo...

Preciosas las fotos! pues tiene muy buena pinta, no? lo añadiré a mi lista de posibles, ya que está cerquita de España para una escapada rápida! Por cierto, la librería es de cuento! Preciosa, me encantan los sitios así!

Gracais por mostrarnos otra cara de Portugal!

Besotes!