Valientes y valiosos

4.5.10

Helmántica...o Salamanca.

Salamanca que enhechiza la voluntad de volver a ella
a todos los que de la apacibilidad de su vivienda han gustado
El licenciado Vidriera,
Miguel de Cervantes Saavedra

La semana pasada anduve por Salamanca, pasée por su casco antiguo y me fascinó. No me extraña que la Unesco la declarara Patrimonio de la Humanidad - sus edificios son impresionantes, y muchas personalidades decisivas en historia y en literatura están ligadas a esta bonita ciudad.
Como siempre, os dejo aquí las fotitos - una vez más, me olvidé de la cámara, pero mi acompañante consiguió imágenes espectaculares. Verbigracia; imaginaos, nada más llegar, encontrarse con algo como esto:
Convento de San Esteban, 
vista nocturna
Había hambre, así que lo primero que hicimos fue dar cuenta de nuestra cena, y luego nos dirigimos a tomar algo por la zona universitaria... por el camino nos encontramos con la  Plaza Mayor:


Disfrutamos de muy buen ambiente, nos había corroborado la recepcionista del hotel que no solía hacer esa temperatura hasta bien entrado mayo, así que fuimos afortunados. La mayoría de los estudiantes iban con pantalones pesqueros, las chicas con  vestiditos, algunos chicos se tendieron en el suelo sin camiseta (tampoco hacía para tanto, pero entendemos que su temperatura corporal hubiera ascendido por causas externas; el día 23 de abril había sido festivo, así que probablemente se hubieran echado a las calles - y a los bares - desde una hora temprana).

Y al día siguiente, salimos desde el hotel donde nos alojamos,
que por cierto anteriormente fue una iglesia:



Actualmente, como podéis apreciar, en lo que eran los ábsides de la antigua iglesia
se han colocado sofás y mesas para tomar un refrigerio mientras se disfruta de la estancia.

Visitamos el convento dominico de San Esteban, con una fachada plateresca impresionante:


El claustro está muy bien conservado:


La escalera que da a la planta superior la creó el arquitecto Hontañón, usando una novedosa técnica, puesto que no se apoya en ningún tipo soporte, ascendiendo adosada a los muros. Un detalle de la escalera es que al final encontramos una talla de María Magdalena ¡leyendo un libro!


Más tarde fuimos subiendo hasta la plaza de Anaya dispuestos para ver mucho más. Hacía muy buena temperatura, se veían estudiantes descalzos sobre bancos de piedra revisando sus portátiles, también podías verlos recostados en la hierba repasando apuntes. Y así llegamos a la catedral:



Me temo que a estas alturas yo estaba refunfuñando contra la organización eclesiástica porque encontré unos panfletos en los que se "sugería" cómo rezar y en uno de los apartados, se explicaba que la mejor manera de morir sería pronunciando "Jesús, Jesús, Jesús"  - ignoro el motivo y por qué tres veces, a mí me suena a respuesta hacia un estornudo pertinaz. (Por cierto, ¿por qué decimos "Jesús" cuando alguien estornuda? ¿Tiene la misma efectividad si quien estornuda es musulmán, por un poner?) Mi acompañante, que sabe lo bien que me cae la institución, se lo tomó con buen humor y optó por citar mis frases con regocijo, haciéndome burla.

Visitamos la catedral vieja, paseamos por las torres y azotea de la catedral de Salamanca, visitamos  brevemente la Clerecía - había boda, y no era plan de quedarse allí examinando los retablos... - , y una vez más nos invadió el hambre, por lo que nos volvimos a encaminar a la zona central para proceder a llenar el estómago.


Unas patatas meneás más tarde ... - que son típicas, al parecer - nos dirigimos a la Plaza Mayor.
Tras el café y un helado (chocolate y mandarina, ¡mhm!), proseguimos nuestro reconocimiento urbano. Debido a una lectura presurosa - y errónea - de la leyenda por internet, estuvimos buscando la famosa rana de Salamanca aquí:


En vez de aquí :


Se dice que los estudiantes que localizan la rana sin ayuda, consiguen buenas notas y aprobarán el curso. Otro rumor dice que te casas en menos de un año y que trae suerte. Una versión alternativa  afirma que la rana es en realidad un sapo, que simboliza la lujuria (puajs) y que viene a decir que éste pecado capital lleva a la muerte (como si en caso de no sucumbir, fueras inmortal... ). 
Siendo magnánimos, supongo que es un aviso para los estudiantes, para que no caigan en un pecado  tan tentador en esa época de sus vidas, y se dediquen a estudiar.

Una última interpretación dice que en realidad la rana es la marca del cantero que talló esta fachada tan representativa del horror vacui. Por cierto, hay también un astronauta en la fachada de la universidad, pero con tantos turistas,  no nos quedamos a comprobarlo. Cualquier otro finde que me pase por allí (y no haya tanta gente) quizá lo busque...

Accedimos a la  universidad,  estudiar allí y pasar habitualmente por ese claustro debe de ser inefable. 




Ésta es, ejem, mi pequeña biblioteca,
conservo mis libros en la universidad de Salamanca
por temas logísticos y de seguridad...

Fuimos hasta la Cueva de Salamanca, donde la leyenda dice que el diablo enseñaba magia negra. En realidad es la cripta de la iglesia de San Cebrián. La historia apócrifa dice que el demonio Asmodeo  daba clases de adivinación y otras artes tenebrosas a siete alumnos durante siete años, auspiciado por la oscuridad de la noche. Terminada la carrera, se echaba a suertes y uno de ellos quedaba en manos del Demonio. El mito cuenta que fue uno de los estudiantes aventajados fue el Marqués de Villena, y que consiguió escapar con vida escondiéndose en una tinaja, aunque dejó en manos de El Malvado su sombra, quedando así marcado de por vida como uno de sus adeptos.

Descansamos un poco en el Palacio de la Salina, también construido por Hontañón:


No traspasamos el convento de las Dueñas, estábamos algo cansados. Buscamos el huerto de Calixto y Melibea y nos costó casi lo mismo que encontrar la rana en la fachada gótica de la Casa de las Conchas... por no encontrar, no encontrábamos ni la puerta correcta. Veíamos el huerto, y a la mitad de la población de Salamanca paseándose por su interior, ¡pero no localizábamos por dónde entrar!. Tuvimos que bajar al hotel, y allí nos indicaron muy amablemente cómo acceder al huerto. Eso sí, pasamos por delante de el Archivo General de la Guerra Civil. Como breve apunte, recordaréis que en 2006, se retiraron 499 cajas para ser examinadas por una comisión formada por la Generalitat y el Ministerio de Cultura. (Recordad la noticia pulsando aquí). A raíz de esto, la calle donde se halla el Archivo, antes llamada de Gibraltar, ha pasado a llamarse la calle del Expolio.

Cerca hay un precioso palacete convertido en museo de Art Noveau, la casa de Lis.
La vista nocturna de la fachada sur es esta:


Ya al anochecer, cruzamos el puente romano, con el toro que supuestamente es el mismo que aparece en la escena del Lazarillo de Tormes, en el que el ciego le pide a Lázaro que se acerque al verraco para escuchar el agua del río pasar, para a continuación propinarle un buen golpe contra el toro. Al inicio del puente, olía estupendamente, como a jara, la verdad es que no sé describir esa fragancia , pero daban ganas de embotellar el aire y llevárselo. Pero ya era hora de cenar, y terminamos  en una terracita al aire libre en pleno centro, en una mesa con velitas... Y para  otra pequeña vuelta por la zona universitaria para tomarnos la penúltima.

Nuestro hotel, a la vuelta, no podía resultar más acogedor:


Al día siguiente terminamos el recorrido,  fuimos a visitar algunos de los edificios que no habíamos visto a placer - la Clerecía, por ejemplo. También entramos en la Universidad Pontificia, donde está el vítor de Rouco Varela nada menos, entre otros.

Pasamos un domingo muy tranquilo, disfrutando del sol y comiendo al aire libre en una terracita cercana al centro, en la calle de los Libreros - no podía ser de otra forma -.
Me llevé la impresión de que Salamanca es una ciudad apacible - el casco urbano es prácticamente peatonal - compensado con el bullicio universitario. Sí, salí hechizada de allí, así que volveré...

2 comentarios:

mariajesusparadela dijo...

Y luego dicen que el saber no ocupa lugar: entré a leer lo de Rouco Varela y, aparte de reirme con su concesión del "percebe de oro", me pasma pensar que un tipo con tantas capacidades diga luego las cosas que dice...

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho esta excursión virtual por Salamanca. Sin duda me ha motivado para visitarla.
Lo de por qué se dice Jesús, es según se dice, que allá por el siglo VI en la Roma hubo una epidemia de peste y que la gente moría estornudando, por ello, los curas de por aquel entonces empezaron a usar el "Dios te bendiga" para apartar el peligro de esa persona cuando estornudaba. Del "Dios te bendiga" se simplificó al "Salud" o "Jesús". Así que no creo que a un musulmán se le diga, pero ¿quién sabe?
Gracias por darnos a conocer un poco más Salamanca!