Hace ya bastante tiempo, al pasar por debajo de un andamio, los obreros silbaron y uno gritó,
"Ahí va, pero si es la hora cocacola". Es lo más elegante que mis delicados oídos han llegado a recibir. Aquí os transcribo una pitufo-compilación de las gargameladas que en alguna ocasión he tenido que escuchar:
"Ahí va, pero si es la hora cocacola". Es lo más elegante que mis delicados oídos han llegado a recibir. Aquí os transcribo una pitufo-compilación de las gargameladas que en alguna ocasión he tenido que escuchar:
- No tengo pelos en la lengua porque tú no quieres...
- Estás tan buena que te la metería hasta en el bolso!
- Bonita falda; quedaría muy bien en el suelo de mi cuarto.
- Juguemos al mago; te echo dos polvos y desaparezco.
- Ven pa'ca, corderaa! ¡Vamos a juntar las meaderas!
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