Valientes y valiosos

20.11.08

Esos pitídos en los oídos

Hace ya bastante tiempo, al pasar por debajo de un andamio, los obreros silbaron y uno gritó,
"Ahí va, pero si es la hora cocacola". Es lo más elegante que mis delicados oídos han llegado a recibir. Aquí os transcribo una pitufo-compilación de las gargameladas que en alguna ocasión he tenido que escuchar:
  • No tengo pelos en la lengua porque tú no quieres...
  • Estás tan buena que te la metería hasta en el bolso!
  • Bonita falda; quedaría muy bien en el suelo de mi cuarto.
  • Juguemos al mago; te echo dos polvos y desaparezco.
  • Ven pa'ca, corderaa! ¡Vamos a juntar las meaderas!
Seguro que os han perforado las orejitas alguna vez lindezas de este tipo... Y luego nos quejamos de que los hombres no son románticos.


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