Valientes y valiosos

31.8.08

Amelia Valcárcel

La filosofía es una diciplina pobre y soberbia a la vez. Pobre, porque no consigue una explicación cabal de lo que se propone; soberbia, porque aspira a nada menos que explicar el mundo. Una profesión muy prometedora, como puedes ver. Por otra parte, de joven me interesaban cosas muy distintas de las habituales en las otras niñas. Supongo que elegir la filosofía pura como carrera de estudios fue un paso muy natural, era lo más acorde con mi forma de ser.


Amelia Varcárcel es una de las cuatro mujeres del consejo de estado; catedrática de Filosofía Moral y Política de la UNED, y consultora de la ONU en políticas de género, Varcárcel se sienta en los patronatos del Prado, la Biblioteca Nacional y la UIMP. Ha escrito libros fundamentales, como "La política de las mujeres". Tiene una amplia labor docente e investigadora: ha dirigido, coordinado y presidido seminarios y congresos, y ha participado en diferentes proyectos de investigación sobre filosofía, valores y posición de las mujeres. Ha sufrido tres infartos, por lo que se ha alejado de un ambiente académico que le resultaba dañino. Su último libro, "Hablemos de Dios", lo ha escrito con la colaboración de Victoria Camps, catedrática de Ética.

Amelia escribió su tesina sobre la ética en Hegel y se incorporó hace ya unos treinta años a la Universidad de Oviedo para trabajar con el conocido catedrático Gustavo Bueno. No guarda buenos recuerdos de su relación con él. Dice que es lo único que cambiaría de su vida. Fueron treinta años de tensión y malos modos. A la pregunta de si el ser mujer influyó para mal en su trato con Bueno, declara cautelosa que ser mujer no ayuda en muchos casos y éste era uno de ellos.

Sostiene que el patriarcado es algo consustancialmente reñido con el talento de las mujeres. En cualquier época encontramos mujeres valiosas que son conocidas en su tiempo y sin embargo, desaparecen de la Historia. El relato patriarcal se rehace a sí mismo y va orillando la aportación femenina, hasta que acaba por borrarla del canon. Ahora eso se combina con nuevas estrategias nulificadoras. Por ejemplo, se pone el foco en una figura menor, y se dice "Esta joven sí que es buena, es joven, es divertidísima, etc". Y eso se dice mientras se está ignorando a mujeres muy capaces que sin embargo, no consiguen avanzar.

Añade que el éxito no acecha a las mujeres, lo que nos permite trabajar con menos presión. Reconoce que también estamos más desprotegidas:

El comité de apoyo de los chicos es muy grande. Ellos siempre tienen un hombro en el que llorar. Las mujeres no somos conscientes de todo lo que hacemos, y con menos apoyos, porque nunca hemos estado en una posición de desahogo que nos permita apreciar la diferencia.

La pregunta sobre el aborto a una catedrática sobre filosofía moral es inevitable. Valcárcel contesta tajante.

No tengo ninguna duda sobre la legitimidad del aborto. Como debate ético está saldado. Está claro que la posibilidad de la vida no es vida todavía. Una mórula no es un ser humano, ni tampoco una vida fetal de semanas. La vida humana es protegible siempre. Pero existe como tal desde determinado momento; yo lo coloco cuando desaparece el encefalograma plano y aparece sensibilidad al dolor. Nos falta una ley de plazos clara, por el bien de todos.

Para terminar, ¿por qué ideal merece más la pena esforzarse?

Vivir aquí lo más cómoda y pacíficamente posible, el mayor tiempo que nos sea dado. Haber merecido vivir porque se ha puesto algo más de bondad y belleza en el mundo. Ayudar y confortar. Y pasarlo bien, por supuesto, sin causar ni causarse dolor. Eso ya es muchísimo.

Extracto de una entrevista por Anna Caballé
para la revista Marie Claire (Julio 2008)


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