Valientes y valiosos

8.11.07

A pasito de caracol

La había golpeado hasta hacerla sangrar. Antes no lo hacía. "Le pegaba, pero tiernamente, por así decirlo. Lloraba un poco. Yo cerraba la contraventanas y todo terminaba como siempre. Pero ahora iba en serio. Para mí, no la he castigado lo bastante."
Me explicó entonces que esa era la razón de que necesitase un consejo. (...)
Lo que le fastidiaba "es que todavía deseaba su sexo". Pero quería castigarla. Había pensado primero llevarla a un hotel y llamar a la poli para armar un escándalo y que la fichasen. Después había hablado con sus amigos del hampa. No se les había ocurrido nada. Para tan poco valía ser del hampa, como me comentaba Raymond. Se lo había dicho a ellos, que le habían propuesto entonces "marcarla". No era eso lo que él quería. Iba a reflexionar. Antes deseaba preguntarme algo. Además quería saber primero que me parecía esta historia. Respondí que no me parecía nada, pero que era interesante. Me preguntó si creía que había sido engañado y a mí me parecía, ciertamente, que lo había sido, y si yo creía que merecía un castigo y yo le dije que nunca se sabe, pero que comprendía que quisiera castigarla. Bebí todavía un poco más de vino. Encendió un cigarrillo y me dio a conocer su idea. Quería escribirle una carta "con patadas y, al mismo tiempo, con cosas que la hicieran lamentarla". Después, cuando volviese, se acostaría con ella y "justo en el momento de terminar" le escupiría en la cara y la echaría. Me pareció que, en efecto, de ese modo quedaría castigada. Pero Raymond me dijo que no se sentía capaz de hacer la carta que convenía y que había pensado en mí para escribirla. Como yo nada dije, me preguntó si me molestaría hacerla enseguida y le contesté que no.
Se levantó entonces, después de beber un vaso de vino.

Albert Camus, El extranjero

No hemos avanzado mucho desde 1942... lamentablemente.




Foto de blog RAZONES/ Panfleto de Laetus.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Y esta historia se repetrá siempre en algun lugar del mundo, de nuestro mundo más cercano, desgraciadamente.

Un besito guapa.