Rusia ha fabricado la bomba de vacío más potente del mundo, equiparable a una carga nuclear. El coronel general Alexander Rukshin la presentó así: "Los resultados de las pruebas de esta bomba han confirmado que por su eficacia y capacidad destructiva es comparable a una carga atómica".
Ahora bien, Ruskshin comunica que este tipo de bomba, en contraste con la nuclear, no representa un peligro para el medio ambiente, ya que no provoca contaminación radiactiva.
(¿¿??)
Las bombas en sí dispersan sobre la zona de impacto un combustible pulverizado que se mezcla con el oxígeno de la atmósfera y, al ser detonado, incinera toda forma de vida, con el efecto añadido de una onda expansiva supersónica y una altísima presión.
"Todo lo vivo se evapora literalmente. Tras esa explosión, la tierra recuerda más bien la superficie lunar, pero sin contaminación química o radiactiva", comentó el canal de televisión. "El ministerio de Defensa subraya que la fabricación de esta bomba no está reñida con ningún acuerdo militar internacional suscrito por el país, ni supone el lanzamiento por Rusia de una nueva carrera de armamentos".
(Ehm... ¡Espléndido!, morirán los seres humanos y los animales, el paisaje será como el territorio lunar... Pero eso sí, sin contaminar. ¡Qué bien, van a respetar el pacto de Kyoto!, estos rusos sí que saben...)
Según Canal 1, la bomba rusa contiene menos explosivos que su análoga norteamericana (7,1 toneladas contra 8,2), pero la supera cuatro veces en capacidad destructiva y veinte en superficie afectada y crea una temperatura dos veces más alta en el epicentro de la explosión. Además, el nuevo artefacto explosivo requiere menos precisión para dar en el blanco, lo que, a su vez, abarata considerablemente su producción. Lo tiene todo, vaya.
(Casi no me atrevo a decir que paren el mundo, que yo me quiero bajar, no sea que se equivoquen de botón...)
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