igual que un terrón de azúcar, cuando lo mojas por la punta; como un cubito de hielo encima del mármol de la cocina; como un caramelo en la boca de un crío; como una aspirina efervescente dentro del vaso de con agua; como los ojos de un crío poco después de mamar; tal que un castillo de arena en la orilla de la playa, atacado despiadadamente por las olas; como los gritos de la madre al enterrar al hijo; igual que las últimas lágrimas soltadas tras el último hasta siempre,…
así se desvanece todo, hasta aquello que nunca habíamos pensado que llegaría a su fin; así terminará todo, por desgracia, o por suerte.
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2 comentarios:
Sí.
(y no se puede añadir mucho más)
por desgracia o por suerte
gracias por utilizar uno de mis escritos, un abrazo fuerte, señora escritora desconocida, hasta pronto...
:-)
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